“Nos gusta el picante. Cocinamos sous-vide. Ejecutamos con la precisión del caos”. Bajo estas premisas se anuncia Kitchen 154, uno de los restaurantes top del madrileño Mercado de Vallehermoso, que aspira a convertirse en epicentro del moderneo foodie de la capital.
Entre pollerías, pescaderías y tiendas de productos gourmet y cervezas artesanas –todo muy en la línea de lo que se espera hoy en este tipo de sitios–, encontramos este pequeño restaurante en el que se sirve una cocina de influencia claramente asiática, muy especiada y, según se promete en la carta, picante.
Esto puede echar atrás a algunos visitantes, que imaginan la visita al local como un reto digno de Crónicas Carnívoras. Pero nada más lejos de la realidad. Seamos claros: en Kitchen 154 hay platos ligeramente picantes, pero en cualquier restaurante indio o tailandés la comida pica mil veces más. No es esta la principal característica de su cocina –por mucho que se empeñen en presumir del asunto, indicando incluso el nivel de picante de cada opción de la carta según la escala Scoville–. Lo que distingue a Kitchen 154 es la calidad de unos platos que, sin ser excesivamente originales, se ofrecen a un precio muy inferior al que podemos encontrar en otros restaurantes con propuestas similares pero el doble de caros.
Por menos de 30 euros, de Kitchen 154 sales rodando como la bola de Indiana Jones, con cinco o seis botellines de Mahou cinco estrellas encima (a euro y medio) y sin haber gastado dinero en agua, que se sirve del grifo sin preguntar –aplausos–.
Las costillas, insuperables
La campeona de la carta es, sin duda, la costilla de cerdo a la barbacoa coreana, que se cocina a baja temperatura (80 grados centígrados) durante doce horas. Se acompaña de una salsa que puede recordar a la clásica americana, pero es genuinamente coreana, menos dulce y elaborada a partir de salsa de soja. Como guarnición, kimchi casero, y cebolla y pepino encurtidos. La carne está tan tierna que hace que el eslogan de Tony Roma´s parezca una mala broma y se convierten en rivales de las que se pueden degustar en el restaurante Alright del Barrio del Pilar.
El resto de platos, aunque no tan gloriosos, también son dignos de mención. Probamos las berenjenas al estilo Sichuan, recreación bien lograda del clásico de la cocina china; el curry verde de pollo, también estándar, pero muy bueno; la merluza "black pepper", en su punto, aunque con una salsa que sabía demasiado a glutamato; y el curry thai de gambones, otro clásico bien llevado. Las alitas camperas y los dumplings de butifarra, carne y kimchi, aunque correctos, prometían más de lo que daban.
Es Kitchen 154 un restaurante para visitar con amigos y repetir, en el que pagas por comer, no por recibir un gran servicio. Los camareros son eficientes y las comandas se sirven rápido, pero se come en el pasillo de un mercado, sin platos (todo se comparte) y rodeado de gente que hace mucho ruido.
Su recreación de los platos asiáticos clásicos es excelente y se nota que la materia prima (que aseguran adquirir en el propio mercado) es de primera, pese a estar escondida entre decenas de especias.
Merece la pena.
Lo mejor: las costillas coreanas, los botellines de Mahou y el agua de grifo. El precio.
Lo peor: no pica lo que dicen que pica, se abusa del umami y no hay tercios de Mahou. ¿Hemos dicho que no pica?
Datos prácticos
Dónde: Mercado de Vallehermoso. Puestos 60-61-62. Calle de Vallehermoso, 36 Madrid
Precio medio: 20/30 euros
Reservas: 91 138 99 95 y en su página web.
Fotografías | Kitchen 154
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