Reconozco que no me gusta nada la playa, y eso que he crecido muy cerca de la costa. Me canso enseguida de la arena, el agua salada y del ambiente playero, pero reconozco que el mar en sí tiene un atractivo irresistible. Por eso, aunque paso mis veranos entre el campo y escapadas al norte, siempre hay algún día en el que me acerco al Mediterráneo a disfrutar del aroma salino para compartir una comida marinera con la familia. Este año fuimos hasta Denia para degustar los productos locales en Cova del Mero, especialistas en arroces y pescados.
Fuimos siguiendo una recomendación, puesto que era mi primera vez en la bonita localidad alicantina, y lo cierto es que la definición que me dieron es muy acertada: "buen pescado en un ambiente no fino a pie de playa". Cova del Mero se parece mucho a otros restaurantes que conozco de la costa murciana, situados casi sobre la arena, con un local sin pretensiones y una decoración austera. Lo que importa en estos restaurantes es disfrutar de buenos productos del mar mientras se oyen las olas y el griterío de las gaviotas.
El restaurante se sitúa al final de un camino que discurre siguiendo la playa y finaliza sin salida apta para vehículos, por lo que hay que aparcar en las calles cercanas y esquivar a los bañistas para acceder a él, ya que el aparcamiento suele estar completo, especialmente en verano. Dispone de mesas en el interior, pero durante los meses estivales lo realmente recomendable es hacerse con una mesa en el exterior. La terraza, cubierta por una techumbre de cañas finas con toldos, es amplia y se encuentra justo a pie de playa.
Las mesas y las sillas son de plástico, y sobre el mantel de tela granate colocan el típico desechable de papel esperable en locales como este. Es un ambiente informal que ofrece las comodidades justas, aunque quizá las mesas podrían estar algo más separadas. Un detalle que personalmente no me gustó nada es la falta total de decoro por parte de algunos comensales, llegando directamente de la playa en bañador y con los pies llenos de arena, sin ponerse ni una camiseta a la hora de comer.
Pero lo importante en Cova del Mero es la comida, y por mi experiencia y la de mis acompañantes, en ese ámbito no falla. Como no podía ser de otra manera estando en la costa alicantina, la especialidad del local son los arroces, ofreciendo una variada selección desde las típicas paellas de carne, verduras o pescado, hasta arroces caldosos de diferentes tipos. Los precios por ración varían según el tipo de arroz, desde los 11,30€ de la paella de la casa hasta los 25€ del arroz caldoso con langosta.
Antes de llegar al plato principal, siempre apetece compartir algunas entradas. El restaurante también presenta la selección esperable de estos locales, con ensaladas variadas y raciones de mariscos como sepia y gambas a la plancha, almejas guisadas o pulpo. Además, no faltan los típicos platos veraniegos de melón con jamón u otras selecciones más viejunas, como el cocktail de gambas. Nosotros disfrutamos de una generosa ensalada con frutos secos y unas buenas almejas bien cocinadas en su salsa.
A pesar de que, como he comentado, los arroces son la gran especialidad de Cova del Mero, en la mesa teníamos dos ovejas negras que prefirieron decantarse por otras opciones. Admito que fui una de ellas, y es que por desgracia tengo el estómago algo delicado para algunos platos, así que me fui a la sección de pescados. La carta ofrece múltiples opciones, aunque, como es de esperar, no todas estaban disponibles, ya que depende de la pesca del día. Hay que destacar además la llandeta, un guiso típico marinero de la zona elaborado a base de pescado local con patatas.
Con el nombre que tiene el restaurante, no pude evitar decantarme por un plato de mero a la plancha, servido con una guarnición de verduras, que me supo a gloria. Llevaba años sin probar este pescado y lo disfruté mucho, ya que por suerte el cocinero parece dominar sin problemas la plancha y el mero era fresco, jugoso y muy tierno.
El otro rarito de la mesa es un caso un poco más grave, pues se fue directo a la sección de carnes. Las opciones en este ámbito son más limitadas, con el típico escalope de pollo, un par de hamburguesas, entrecot y solomillos con diferentes salsas, de ternera y también ibérico. El carnívoro del grupo no dudó en escoger el entrecot a la parrilla, servido con patatas fritas y verduras a la plancha. A pesar de que lo pidió muy hecho y se serivió más bien al punto, no hubo quejas y lo engulló con devoción.
El plato estrella de la comida fue el arroz con bogavante para cuatro personas que llegó a la mesa sin demasiada espera. El camarero situó la paella junto a nuestra mesa y sirvió las primeras raciones de forma correcta, repartiendo las porciones del crustáceo junto con las herramientas adecuadas para extraer su apreciada carne.
Tengo que señalar que los bogavantes y langostas aportan un añadido extra de entretenimiento a cualquier comida, especialmente si es la primera vez que alguno de los comensales se enfrenta a estos animales en su plato, pues requieren de cierta habilidad para comerlos.
Fue un éxito total, y no era de extrañar la fama arrocera del restaurante puesto que a nuestro alrededor se acumulaban los arroces en todas las mesas. Estaba perfectamente cocinado en su punto, con un gran sabor marino sin resultar demasiado salado. Además, las raciones fueron más que generosas y llegó a sobrar un poco, y eso que varios de los comensales repitieron.
Estábamos tan a gusto con la brisa marina y el sereno oleaje al fondo que no nos resistimos a pedir algunos postres, eso sí, frescos y no demasiado pesados para soportar mejor la digestión. En la carta de Cova del Mero encontramos de nuevo la sección de postres típica con productos ya elaborados comercialmente, helados y otros fríos y semifríos, como el típico coco helado. Sin embargo, el restaurante también ofrece una selección de postres caseros, destacando los mousses, flanes y sorbetes de frutas.
Los precios de la carta me parecieron adecuados teniendo en cuenta la calidad de la materia prima y el buen hacer de la cocina, tanto en el dominio del arroz como en los demás platos. Quizá estén algo subidos por el éxito que tiene entre los veraneantes, y sobre todo considerando que las comodidades son las mínimas de este tipo de locales playeros. Sin embargo, habiendo visto los precios de otros restaurantes con platos de calidad muy inferior, la cuenta final es más que razonable.
Restaurant Cova del Mero
Calle Mar Mediterráneo, s/n Carretera Marinas, km 5 Denia (Alicante) Reservas 965 784 864 Precio medio 20-25€
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