Crecer en una familia con limoneros y naranjos es un privilegio que se echa mucho de menos cuando te marchas a vivir a cientos de kilómetros. Para superar la morriña cítrica, nada como cocinar y hornear recetas dulces y saladas con estas frutas, como una cremosa tarta de limón de base crujiente, fresca y tremendamente aromática.
Este tipo de tartas suelen llamarse tart en inglés y tarte en alemán, italiano o francés. Se asemejan bastante a las crostatas italianas o a las pies estadounidenses, aunque no son exactamente iguales. Lo importante, lo que nos interesa aquí, es que requieren dos elaboraciones: una base de masa semidulce, tipo quebrada, y un relleno cremoso que se cuajará después el primer horneado en blanco.
Hay varias posibilidades a la hora de preparar una tarta de limón de este tipo, pero algunas nos parecen demasiado pesadas, como las que parten de una especie de lemon curd. Hemos seguido en su lugar esta propuesta de Donna Hay, ligeramente modificada, para lograr una tarta cremosísima y muy fresca, con todo el protagonismo del limón. Hemos rebajado la cantidad de azúcar para que no pierda su punto ácido.
Se puede hacer la masa la víspera o la mañana antes de hornear la tarta final. Para ello, lo más fácil es emplear un procesador de alimentos o robot potente, o batidora de varillas. Mezclar las harinas con el azúcar y una pizca de sal, añadir la mantequilla fría cortada en cubos y triturar hasta tener una textura de migas.
Añadir el huevo y triturar de nuevo. Probar a compactar la masa; si estuviera muy seca y se desmenuza, agregar cucharadas de agua fría, poco a poco, mezclando, hasta poder aglutinar la masa en un bloque. Envolver en film y dejar en la nevera, como mínimo, 30 minutos.
Precalentar el horno a 180ºC con ventilador (si tiene) y engrasar con mantequilla un molde de tarta rizado de unos 22-24 cm. Estirar la masa con un rodillo (sobre papel antiadherente o azúcar glasé, si se pega) hasta dejar un grosor de unos 3-4 mm. Forrar el molde, presionar con suavidad, pinchar con tenedor por el fondo y cortar el sobrante.
Cubrir con papel de cocina, añadir unos pesos (de repostería o legumbres o arroz secos) y hornear 15 minutos. Retirar los pesos y el papel, y hornear 8-10 minutos más, hasta que esté ligeramente dorada. Retirar del horno y bajar la temperatura a 140ºC.
Exprimir varios limones y colar el zumo hasta tener 125 ml del mismo. Batir con varillas los huevos y las yemas con el azúcar hasta disolverlo antes de añadir la nata (si usamos azúcar fino tipo caster no hace falta este paso previo). Agregar una pizca de sal y el zumo, y mezclar bien.
Colocar el molde con la base en la rejilla del horno y verter la crema del relleno. Romper las burbujitas que puedan haber surgido y cuajar la tarta en el horno durante unos 30-35 minutos. Al pinchar el centro con un palillo, debe salir limpio. Dejar enfriar por completo antes de llevar a la nevera para servirla fría.
Con qué acompañar la tarta de limón
Una cobertura de acompañamiento muy típica de la tarta de limón en la repostería estadounidense es el merengue, tostado o sin tostar, que en este caso hace un buen contraste con el ácido del limón, aunque nos parece demasiado dulce. Un poco de nata montada nunca viene mal, y también le iría de perlas una salsa de frutos rojos o fresas. Nos encanta tomarla acompañando un café espresso bien aromático.
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