Nadie se acuerda, pero el McRib fue un fracaso: el secreto de McDonald's para convertir el sándwich de costilla en un falso éxito

McDonald's fracasó estrepitosamente cuando lanzó el McRib, pero con su estrategia de retirada y regreso limitado lo ha convertido en un icono

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Es difícil predecir qué obras terminarán convirtiéndose en objetos de culto, y el fenómeno se torna más impredecible cuando se trata de alimentos o bebidas. Así le ocurrió al McRib, la mítica creación de McDonald's cuyo lanzamiento original fue un fracaso pero que, al reincorporarse a su oferta como producto temporal, se ha convertido en una obsesión con fervientes seguidores que lo persiguen como si de un objeto mítico se tratara.

El McRib es tan popular que su nombre suele ser conocido incluso entre quienes jamás pisan una hamburguesería ni tienen el más mínimo interés por la cultura pop o la comida rápida americana, del mismo modo que la Big Mac o el Whopper de Burger King son ya nombres propios del imaginario colectivo. Ahora bien, a mucha gente le sonará eso de McRib; qué es exactamente ya es otro cantar.

Ahora ha vuelto a España tras más de una década desaparecido y llorado por fans nostálgicos que quizá no recuerdan del todo bien si este sándwich estaba, realmente, tan bueno. Su vuelta se celebra otra vez con fervor en y se espera que sea un éxito viral en las nuevas redes sociales donde captar público más joven, pero será, otra vez, retirado cuando menos lo esperemos. Con pocas excepciones, el McRib solo sobrevive por ese carácter temporal, por su naturaleza efímera que nos incita a comprarlo antes de que desaparezca.

Y todo es producto de una inteligente estrategia de marketing que supo convertir el fracaso inicial en su mayor baza.

El origen del invento

Corría el año 1981 cuando McDonald's sacó a la venta su flamante última novedad, un producto con nombre propio muy diferente a las hamburguesas habituales de su catálogo.

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Con un nombre corto, claro y conciso, el McRib no era realmente una hamburguesa, pero sí entraba en la categoría genérica de sándwich bajo la que se agrupan en el idioma anglosajón cualquier plato servido entre dos masas de pan. Sí, técnicamente una hamburguesa y un perrito caliente son sándwiches, aunque ese concepto choque con nuestros esquemas en España.

El McRib se inventó para paliar la escasez de pollos ante el éxito de los McNuggets

Antes de su lanzamiento, como es habitual en estas operaciones, el McRib fue sometido a un proceso de investigación y marketing. Desarrollar y distribuir un nuevo producto a gran escala, en cadenas de gran envergadura como McDonald's, implica una inversión económica considerable para la que se buscan minimizar los riesgos. Pero en aquella ocasión no fue suficiente.

La flamante novedad fue desarrollada por el luxemburgués René Arend, chef ejecutivo de la compañía que ya había triunfado creando los McNuggets de pollo en 1979. Aquel invento tuvo tantísimo éxito que empezó a preocupar la falta de carne de pollo para abastecer la demanda, y se empezó a trabajar en otro producto que repartiera la atención de los clientes.

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Para no ofrecer simplemente una hamburguesa más, Arend tuvo la ocurrencia de darle a la carne la forma de otro gran clásico de la cocina popular estadounidense. Así, el nuevo sándwich presentaba aspecto de costillar de cerdo a la barbacoa, pero sin huesos, a pesar de que sí aparecían marcados en su superficie. Un panecillo alargado específico -que incrementaba los costes- y una salsa entonces picante y servida aparte, más pepinillo y cebolla, completaban la receta.

La hamburguesa costillar sin costillas

Su nombre se podría considerar actualmente engañoso y algo fraudulento: con toda seguridad generaría polémica. De costillas solo tiene la insinuación en el nombre (ribs) y su aspecto, una suerte de trampantojo de comida rápida algo adelantado a su tiempo que, eso sí, está en la receta actual compuesto por un 99% de carne de cerdo.

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Qué partes exactamente de esa carne se usan para formar las piezas de carne (llamadas pork patty McRib) no está tan claro en su etiqueta, pero ya adelantamos que del costillar precisamente no es. Según explicó a Maxim Rob Cannell, director de suministros de la empresa en Estados Unidos, el McRib tarda 45 minutos en elaborarse en un proceso totalmente industrial en el que se trocea la carne, mayoritariamente paleta de cerdo, se condimenta, se le da forma de costillar y se congela en equipos criogénicos. Y listos para distribuir.

La carne es una masa de paleta de cerdo picada con forma de falso costillar

Tras su primer lanzamiento, el McRib adoptó su receta definitiva con el añadido de la salsa barbacoa dulzona y ahumada que equilibra la salinidad de la mezcla de carne condimentada, sabores que se completan con la frescura algo picante de la cebolla y el toque agridulce y crujiente de los pepinillos, sin olvidar el clásico pan tierno que acoge todo, sin sésamo.

El contenido calórico de un McRib actual completo varía entre las 477 kcal del alemán a las 520 kcal del estadounidense, que tiene más grasa y azúcares, pero menos sodio total. Sin patatas ni refresco, claro.

Del fracaso ¿al éxito?

Tras su estreno en restaurantes seleccionados en 1981, el McRib llegó a instalarse en el menú como producto fijo en zonas del medio oeste americano, pero las ventas no fueron tan bien como los ejecutivos esperaban. La carne de cerdo no triunfaba tanto como producto de hamburguesería, frente a la buena acogida del pollo, y se retiró en 1985.

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Sin embargo, la multinacional no iba a renunciar a su obra tan fácilmente. Mientras que en algunos países europeos corría con más éxito, como en Alemania, McDonald's relanzó el McRib en Estados Unidos de forma intermitente limitada en varias ocasiones, hasta crear una campaña nacional a gran escala en 1994, como parte de la campaña promocional de la película de Los Picapiedra.

Pero ya nunca más volvería como producto fijo de sus menús. A lo largo de los casi 20 años siguientes, el McRib ha ido haciendo su aparición fulgurante en promociones locales o a gran escala por el país, también con incursiones esporádicas en países como Canadá, varios de Asia y Europa, incluyendo las dos ocasiones en las que pasó por las franquicias españolas, creando un recuerdo imborrable entre los que lo han probado.

Comida rápida de culto

Cada vez que McDonald's anuncia el relanzamiento del McRib, se desata la emoción en redes y sus más fieles seguidores no dudan en recorrer cientos de kilómetros para volver a hincar el diente a su adorado sándwich. A diferencia de otros productos estacionales, como el pumpkin spice latte de Starbucks, no tiene fechas fijas, aunque se suele asociar también con el otoño.

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Ese fanatismo que ha convertido este producto en objeto de culto, también en España y muchos otros países, ha derivado, como no podía ser menos, en diversas teorías conspiratorias. ¿Por qué tiene una disponibilidad limitada si es tan exitoso? Su supuesta relación con el aumento del precio de la carne de cerdo o el uso de ingredientes sospechosos es de las más comunes.

La explicación es mucho más sencilla: el McRib no es tan popular como su fanatismo nos puede hacer creer. El producto en sí no es tan especial, pero tiene ese algo diferente que deja una huella en el recuerdo de quien pudo probarlo, vinculándolo en su memoria con experiencias personales concretas. Sí, vuelve la nostalgia a la palestra.

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Como la legión de adultos que agotó las existencias del relanzado Nestlé Jungly, el McRib recarga su expectación con cada nueva retirada y regreso al mercado. McDonald's mantiene así el interés con un producto que no tiene que renovar, con una promoción se hace casi sola. Sus seguidores son muy ruidosos, aunque puede que no sean tan numerosos. Y las expectativas suelen jugar malas pasadas, más aún cuando se basan en la nostalgia.

Producir el McRib cuesta más dinero que una hamburguesa normal, por usar carne de cerdo, por su forma especial y porque obliga a añadir un panecillo distinto al stock de la cadena. Curiosamente, en Estados Unidos se puede adivinar el relanzamiento del producto cuando el precio de esta carne baja, momento idóneo para reintroducir el McRib calculando que será muy rentable. Una estrategia económica básica que garantiza beneficios a la cadena y previene riesgos. Y como producto limitado, la multinacional sabe que la inversión estará amortizada en los mercados donde no se puede arriesgar a tener fracasos estrepitosos. Hay que mantener viva la llama de la ilusión con productos difíciles de conseguir.

McDonal's suele aprovechar las bajadas de precio de la carne de cerdo para relanzar el McRib

España es un país en el que tradicionalmente no funcionan bien las novedades muy radicales, como bien sabe la industria de los refrescos, salvo en su versión limitada exclusiva, y cada vez más asociada al nombre de algún famoso, como hace mismamente McDonald's con sus hamburguesas de Dani García. El efecto de lo nuevo se agota rápidamente.

La anterior ocasión en la que el McRib pasó por nuestro territorio fue hace ya una década, y la respuesta quizá no fue del todo la esperada. Por las redes se leían mensajes de decepción -"ya no es lo que era"- y su supuesta viralidad no se traduciría tanto en una demanda real que mereciera la pena la inversión. En 2016, en una campaña con el youtuber Rubius, hizo una fugaz aparición una variante llamada BBQ Rib, que pocos recuerdan.

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Con este nuevo lanzamiento en edición limitada el McRib retorna a España para recuperar la nostalgia de sus fans y ganar, de paso, a nuevos seguidores. No sabemos cuánto tiempo permanecerá en carta ni si McDonald's lo resucitará de nuevo en un futuro menos lejano; quizá dependa de la acogida que tenga esta vez. Aunque auguramos que nunca será un producto fijo permanente, ya que la estrategia de crear esa necesidad de comprarlo 'ya', antes de que se agote, es la base de su éxito.

Pero para quienes añoren el sabor de la falsa hamburguesa de costillas el resto del año siempre pueden ir a Alemania, donde permanece inamovible en su menú. Para los más fanáticos, existe una web colectiva que localiza los McRib disponibles en todo el mundo.

Fotos | McDonald's - markni123 - Denis Yang - Ethan Prater - Dale Cruse - Huddlestone - goodiesfirst - Bob B. Brown - Paul Korecky - Mike P.
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