El chocolate es uno de esos placeres universales que nos une a todos. Su versatilidad y su sabor irresistible lo convierten en el protagonista indiscutible de pastelerías y reposterías de todo el mundo.
Desde las clásicas tabletas de chocolate hasta los más elaborados postres, este manjar ha conquistado los paladares de niños y adultos por igual. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué es realmente el chocolate blanco? ¿Y por qué algunos se atreven a decir que no es chocolate en absoluto?
Aunque su color y sabor lo distinguen claramente del chocolate negro y del chocolate con leche, el chocolate blanco sigue siendo un misterio para muchos. En este reportaje, vamos a desentrañar los secretos de su elaboración y a explicar por qué hay quienes se resisten a darle el título de "chocolate".
Estas son las tres categorías de chocolate que existen
Para entender por qué el chocolate blanco genera tanta controversia, primero debemos conocer las tres categorías principales de chocolate: el chocolate negro, el chocolate con leche y, por supuesto, el chocolate blanco. Cada uno tiene características únicas que lo hacen especial.
El chocolate negro, también conocido como chocolate puro, es el más sencillo de todos. Se elabora con pasta de cacao (los sólidos del cacao), manteca de cacao y azúcar, sin ningún añadido lácteo. La alta proporción de cacao le otorga un sabor intenso y una textura firme. Es la opción favorita de los puristas y de aquellos que buscan un sabor más robusto y menos dulce.
El chocolate con leche, como su nombre indica, incluye leche en su composición. Este ingrediente adicional lo hace más suave y dulce que el chocolate negro. Su textura cremosa y su sabor más ligero lo convierten en una opción popular entre los más jóvenes y aquellos que prefieren un sabor menos amargo.
Y luego tenemos el chocolate blanco. A diferencia de sus compañeros más oscuros, el chocolate blanco no contiene sólidos de cacao. Se elabora a partir de manteca de cacao, azúcar y leche. Su sabor es notablemente más dulce y su textura, más cremosa. Pero, ¿qué implica realmente la ausencia de sólidos de cacao en su clasificación como chocolate?
Chocolate blanco: ¿el chocolate que no es chocolate?
Aquí es donde la polémica entra en juego. Para ser considerado chocolate, un producto debe contener sólidos de cacao. Esto incluye la pasta de cacao o el cacao en polvo, que son responsables del característico sabor y color del chocolate. Sin estos sólidos, muchos argumentan que el chocolate blanco no cumple con los criterios necesarios para ser llamado chocolate. No obstante, atendiendo al Real Decreto 822/1990, sí tiene el nombre legal de chocolate.
La elaboración del chocolate blanco comienza con la extracción de la manteca de cacao de los granos de cacao. Este proceso deja fuera los sólidos de cacao, que son los que aportan el color oscuro y el sabor profundo que asociamos con el chocolate tradicional. Lo que queda es una manteca rica en grasa que se mezcla con azúcar y productos lácteos para crear el chocolate blanco que conocemos.
Este método de producción es la raíz de la controversia. Al no contener sólidos de cacao, el chocolate blanco carece de los componentes que definen al chocolate negro y al chocolate con leche. Los puristas del chocolate sostienen que la ausencia de estos sólidos significa que el chocolate blanco no debería ser considerado chocolate en absoluto. Para ellos, es simplemente una confitería basada en la manteca de cacao.
Además, el perfil de sabor del chocolate blanco es significativamente diferente. Sin la intensidad del cacao, su sabor es más delicado y dulzón, con notas cremosas y un final mucho menos amargo. Esto lo hace más adecuado para algunas aplicaciones culinarias, como la repostería, donde puede complementar otros sabores sin dominarlos.
A pesar de las opiniones divididas, el chocolate blanco ha encontrado su lugar en el mundo de la gastronomía. Su suavidad y dulzura lo hacen ideal para combinar con frutas ácidas, como frambuesas y limones, o para equilibrar postres más amargos, como los que llevan café o chocolate negro. Su capacidad para fundirse fácilmente también lo convierte en una excelente opción para glaseados y salsas, y luce muy elegante en su color nacarado en contraste con colores vivos o los de otros chocolates más oscuros.
Recetas con chocolate blanco
- Tarta de chocolate blanco
- Tarta tres chocolates
- Tarta de chocolate blanco y queso
- Natillas con chocolate blanco
- Trufas de Oreo y chocolate blanco
- Crema de oreo, yogur y chocolate blanco
- Tarta de galletas Oreo y chocolate blanco
- Tarta de mousse de chocolate blanco y fresas
- Panna Cotta de chocolate blanco con mermelada de frambuesa
- Eclair con frutos rojos y crema de chocolate blanco
- Tarta fina de manzana y chocolate blanco
- Galletas de chocolate blanco con frutas
Imágenes | Freepik
En DAP | Recetas con chocolate
En DAP | Recetas de postres