Febrero es un mes complicado para muchas plantas, pero en especial para las plantas de ambientes más cálidos, como los cactus y suculentas. Aunque son conocidos por su resistencia, los cambios de temperatura, la falta de luz y los errores en el riego pueden debilitarlos. Un mal manejo durante este período puede hacer que pierdan su color vibrante, se arruguen o incluso comiencen a pudrirse.
A pesar de su fama de plantas indestructibles, los cactus y suculentas requieren ciertos cuidados específicos, especialmente en invierno. Una de las confusiones más comunes es pensar que al necesitar menos agua, pueden pasar meses sin riego, cuando en realidad esto depende de las condiciones ambientales. También se suele subestimar la importancia de la luz y el sustrato adecuado.
Para asegurar que estas plantas no solo sobrevivan en febrero, sino que lleguen fuertes y llenas de vida a la primavera, es esencial seguir tres claves fundamentales. Ajustar el riego, proporcionar la cantidad adecuada de luz y mantener una ventilación controlada marcará la diferencia en su crecimiento y salud a largo plazo.
1. Riego moderado, pero no inexistente
Durante los meses fríos, las suculentas y los cactus entran en una fase de reposo, por lo que no necesitan tanta agua como en verano. Sin embargo, dejarlas completamente secas durante demasiado tiempo puede hacer que sus raíces se debiliten. Lo ideal es regarlas solo cuando el sustrato esté completamente seco, evitando encharcamientos que favorecen la pudrición.
2. Luz, la clave para evitar que se debiliten
Aunque en invierno la luz natural disminuye, estas plantas siguen necesitando una buena exposición. Es recomendable ubicarlas cerca de una ventana bien iluminada, preferiblemente orientada al sur o al oeste. En días nublados o con poca luz, una lámpara de luz blanca puede ser una alternativa para mantener su desarrollo equilibrado.
3. Un sustrato que favorezca la aireación
El sustrato juega un papel fundamental en la salud de los cactus y suculentas. Durante el invierno, es preferible utilizar mezclas más drenantes, con componentes como arena, perlita o grava. Esto evita la acumulación de humedad y reduce el riesgo de que las raíces se pudran.
Foto | Scott Webb