Hace unas semanas encontré en una revista una receta muy sugerente con un ingrediente del que había leído algo pero que nunca había probado. Este ingrediente es la Dukkah, una mezcla de frutos secos, semillas y especias muy popular en Egipto.
La receta quedó fantástica y próximamente la publicaré, pero mientras os cuento algo más sobre este condimento que nos puede dar mucho juego en nuestras cocinas. Aunque en nuestro país no es fácil de encontrar, su elaboración es muy sencilla, así que nos será fácil disfrutar de ella sin apenas trabajo.
En Egipto se suele tomar la Dukkah mezclada con un poco de aceite de oliva y untada en pan o con verduras frescas, pero también se usa en ensaladas y platos de carne o pescado. La palabra Dukkah deriva de una palabra árabe que significa moler ya que los ingredientes, después de ser tostados por separado se muelen juntos. Su composición suele ser distinta de una familia a otra, pero siempre suele tener algún fruto seco, generalmente avellanas, semillas de sésamo, especias y también se puede añadir alguna hierba como menta o mejorana.
La combinación que yo he usado es la siguiente: 110g de avellanas, 80g de semillas de sésamo, 2 cucharadas de coriandro (semilas de cilantro), 2 cucharadas de comino, 1 cucharada de sal, pimienta negra. El procedimiento es muy sencillo, simplemente hay que tostar las avellanas en el horno durante unos minutos. El sésamo el comino y el coriandro se tuestan por separado en una sartén sin aceite hasta que empiecen a soltar el aroma.
Una vez fríos todos las ingredientes, se muelen en un mortero o en un robot de cocina hasta que quede una mezcla no demasiado fina y se guarda en un recipiente hermético. Así la tendréis siempre a mano para darle un toque diferente a vuestros platos.
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