Hace unas semanas, mi mujer participó en una ciberbotillada. Me explico, no os penséis que me he vuelto loco de buenas a primeras. El autor de plumilla berciano en Madrid organizó un concurso online para dar a conocer el botillo, manjar típico del Bierzo y mi mujer ganó uno.
El botillo es un plato típico de la gastronomía berciana y su nombre deriva del término latino botellus, que significa salchicha, morcilla o chorizo. Sus origen está muy discutido, ya que algunos dicen que es romano; otros dicen que es medieval y que sus creadores fueron unos monjes.
Según la tradición, el primer botillo del año se comía en Nochebuena y el resto o los domingos o las fiestas grandes. El último se comía en carnaval.
Los ingredientes del que está compuesto son rabo y costilla de cerdo. Según los fabricantes también se añaden otros componentes como lengua, carrillera, paleta y espinazo. Al final se le añade sal, pimentón y ajo y otras especies naturales.
La elaboración de este embutido empieza con la selección de materias primas y su posterior troceado. Después se adoba con sal, pimentón, ajo y una selección de especias. Después se embute en la tripa, que previamente se ha sazonado y adobado.
Posteriormente se ahúma. Esta parte es muy importante, ya que le confiere un sabor particular. Se realiza con el humo producido de quemar leña al menos un día. Suele ser procedente de roble y encina. Por último, se seca durante varios días en lugares, secaderos, preparados para que eliminen el agua y adquiera una mayor consistencia.
LLegado este momento podemos consumirlo así o también podemos cocerlo durante unas dos horas (un botillo de un kilo) y preparar suculentos platos con un sabor increible. De hecho, espero poder mostraros dos recetas los próximos días.
Más información | Consejo Regulador de la IGP
Más información | Ciberbotillada en Plumilla berciano. . . en Madrid
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