Hace un tiempo, cuando empezaron a florecer programas tipo Master Chef o Top Chef, os comenté que era incapaz de soportar los concursos de cocina, que me parecían más un reality show que un programa en el que la cocina fuera protagonista y, por ende, me aburrían y alteraban a partes iguales. Pues bien, hoy vengo de hablaros de un concurso gastronómico que sí me entretiene: Sabotaje en la Cocina.
Se trata de un programa relativamente corto (dura 40 minutos, una hora con los anuncios) en el que cuatro concursantes compiten por salir ganadores, optando a un premio de 25.000 dólares. Hasta aquí todo normal, pero el propio nombre del programa ya nos hace intuir que hay algo más.
El programa consta de tres fases, en cada una de las cuales los concursantes deben elaborar una receta, normalmente empezando por un entrante, luego un plato principal y finalmente un postre. Siempre con un minuto para escoger los ingredientes a toda prisa y 30 para elaborar la receta. Tras cada fase hay un concursante eliminado, por lo que en la última fase solo compiten dos cocineros, de la que sale el ganador.
¿Sabrías preparar una cena completa usando solo el microondas?
Sin embargo, lo más interesante del asunto son los sabotajes. Al principio del programa, cada cocinero recibe sus 25.000 dólares de premio, que solo podrá llevarse a casa si gana. Luego, en cada ronda, el presentador ofrece a los concursantes la posibilidad de pujar con ese dinero por diferentes artículos culinarios (ingredientes y utensilios, principalmente) que pueden usar para fastidiar al resto de concursantes.
Así, por ejemplo, si se subasta un microondas, el ganador puede elegir a qué concursante obligar a cocinar usando únicamente el microondas como fuente de calor. La cantidad y originalidad de los sabotajes que aparecen en el programa parece infinita. Sustituir alimentos frescos por enlatados, quitar los lácteos para preparar un postre, cambiar todos los cuchillos por un picador de verduras o incluso cambiar la zona de trabajo por una cocina para niños o incluso una moto son algunas de las trastadas que se hacen unos concursantes a otros gracias a estas subastas.
Un concurso de cocina en el que reina el buen rollo
Una vez acabada la receta, un juez, que desconoce en todo momento a qué sabotajes se han visto sometidos los concursantes, valora el plato y elige al concursante eliminado. Me gustaría destacar que los jueces son en todo momento muy amables, siempre destacan algo positivo del plato y ofrecen críticas constructivas y bien razonadas, alejándose del modelo de juez que popularizó Risto Mejide y que tiende más a la mofa y la befa.
También hace que el concurso sea divertido el hecho de que los concursantes, aunque deseosos de ganar, se lo toman todo con deportividad y como un reto que ellos deben superar como cocineros. A pesar de ser un programa en el que por el propio formato parece que vayan a haber enfrentamientos o broncas, allí reina el buen ambiente y el buen humor, algo a lo que ayuda el divertido presentador y que hace que el programa te permita pasar un buen rato.
Desde luego, Sabotaje en la Cocina no es un concurso gastronómico que vaya a pasar a los anales de la televisión, pero cumple perfectamente con su cometido: entretener. Además, si prestas atención, también puedes aprender muchas cosas, ya que aunque en el programa no se dan recetas ni nada, puedes coger muchas ideas para probar platos diferentes, así como ayudarte a salir de tu zona de confort en la cocina.
Si os ha picado la curiosidad, ahora mismo emiten Sabotaje en la Cocina de lunes a viernes a las 20:40 en el canal de televisión Energy.
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