A principios de año tuvo lugar la 45 edición de una feria de moda de la Pasarela Cibeles en la que se conjugó moda y gastronomía, hasta 35 diseñadores mostraron sus colecciones en los 29 desfiles que se realizaron. Entre los diseñadores se encontraba Andrés Sardá, un reconocido diseñador de ropa interior catalán.
Pues bien, en este certamen cada diseñador plasmó sus colecciones y un cocinero inspirado en ellas las transformó en creaciones gastronómicas. La perteneciente a Andrés Sardá la plasmó en el plato la excelente chef del grupo Ars Vivendi, Rosi García Manso, quien nos ha proporcionado qué le evocó la colección de este gran diseñador. Os recordamos de paso que el maridaje entre diseñadores y cocineros se reflejará en un libro que en breve aparecerá en el mercado.
Aquí os mostramos el plato creado por la chef y la explicación que proporciona con respecto a su creación titulada Cuerpo y mente.
Rosi García se inspiró en la colección mostrada en la pasarela, las prendas eran sugerentes, sensuales y con transparencias, la chef logró plasmar estas cualidades en su plato. Los alimentos más utilizados y asociados a la sugerencia, lo erótico o la sexualidad son los mariscos, ostras, uvas, fresas o chocolate entre otros, estos eran los posibles alimentos que podrían utilizarse. De todos ellos, se seleccionó la ostra, este ingrediente central representa en el plato a la mujer.
Ahora se debía vestir a la mujer, para ello la ostra se envuelve en algo que sea ligero y a la vez transparente, Rosi utilizó gelatina de agua de tomate formando una pirámide que encerraba a la ostra (mujer) y coronada con un poco de caviar de Beluga. En el interior de está pirámide de gelatina podemos observar que se encierran también unas hierbas, eneldo, perifollo y puntas finas de cebollino, este conjunto se encarga de decorar el cuerpo de la mujer y, al igual que ocurría en el desfile de moda, se evocaba la atmósfera de los años 20, donde las mujeres eran adornadas con plumas, las hierbas realizaban esta función.
El plato necesita ser redondeado y para ello nada mejor que diversas verduras y tubérculos torneados y tersos (crujientes). Todos estos elementos presentan formas semicirculares representando las redondeces de la mujer. Todo ello colocado sobre una crema de champagne que cubre el fondo de un plato de cristal transparente de forma que todos los elementos del plato puedan ser observados. A esta fina salsa se le añade además unos granos de peta zetas (aquellos gránulos efervescentes que estallan al contacto con el paladar), a cada cucharada de salsa una explosión suave de sabor envolverá la boca del comensal.
La explicación que nos proporcionó la chef nos sorprendió y pudimos constatar que tras el plato existían grandes dosis de inspiración, creatividad y genialidad. Agradecemos enormemente la amabilidad de la cocinera y la explicación proporcionada sobre su gran creación.
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