Ayer nos dimos fiesta en la cocina, la verdad es que más de un domingo salimos a comer, pero esta semana las circunstancias nos habían hecho salir demasiado y no nos apetecía en absoluto volver a comer fuera de casa.
Así que la pequeña gourmet de la casa nos preparó una rica comida que nos sorprendió, pues algunas eran ideas propias, recetas que no nos había visto elaborar. No nos dejó entrar a la cocina, así que le dejamos a su aire y nos preparó tres platos que os mostramos.
Al ser dos calientes y uno frío, empezamos por los primeros, unas gambas rebozadas que nos quitaron el sentido, el truco, no nos lo dijo, le dejamos que conserve su “secreto profesional”, pero logró que quedaran crujientes por fuera y jugosas por dentro, además de un tostado bastante uniforme.
Entre los demás había rellenos tan deliciosos (y con sus ingredientes preferidos) como son el jamón y el queso, el fuet y el queso de cabra (para la madre).
El de fuet nos sorprendió un poco, no maginábamos un relleno con este embutido, pero quien cocina manda y su inventiva salió bien, pues realmente los rellenos de fuet estaban buenísimos (a veces hay que hacer más caso a las ideas de los pequeños, que también saben comer).
La escalibada que veis es casi su especialidad, además de ser un plato que nos encanta a todos, en verano la preparamos al menos dos veces por semana, pero como cada uno tenemos un gusto con los complementos de la escalibada, con atún, sin atún, con anchoas, sin anchoas, con cebolla, sin cebolla, con aceitunas negras, … nos la presentó con los ingredientes por separado, luego le añadimos pues eso, lo que a cada uno nos gusta.
Que vamos a decir, comimos de maravilla y lo mejor de todo, lo hizo porque le apeteció. Y nuestro orgullo de padres nos ha llevado a dedicarle esta entrada.
