El huerto está que no para de producir calabacines, así que ya me he pasado de las recetas saladas a las dulces, por cierto con muy buen acierto, pues este bizcocho de calabacín, naranja y queso crema está como se dice habitualmente "que te mueres".
Con una miga tiernísima, en su punto justo de dulzor y con todas las propiedades de esta hortaliza en su interior, es una estupenda manera de disfrutar de un buen desayuno los mayores y de que los pequeños se coman el calabacín y pidan más.
Comenzaremos precalentando nuestro horno a 180 grados con calor arriba y abajo y posición media de la rejilla. Engrasamos un molde de cake alargado con la mantequilla y lo espolvoreamos de harina, sacudiendo el exceso.
Rallamos con un rallador el calabacín con su piel hasta obtener los 200 gramos que nos pide la receta.
En el vaso de una batidora batimos la mantequilla junto con el azúcar durante seis minutos o hasta que blanquee. Añadimos los huevos de uno en uno, batiendo bien después, agregamos a la masa el zumo de naranja, la ralladura y el queso crema, batimos de nuevo un minuto para integrar bien los ingredientes.
Por último echamos el calabacín rallado y 30 g de los copos de avena, la harina y la levadura, removemos y vertemos en el molde, espolvoreando por encima el resto de los copos de avena y la naranja confitada si os gusta. Horneamos durante 1 hora o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio.
Con qué acompañar el bizcocho de calabacín, naranja y queso crema
Vale la pena encender el horno para preparar este bizcocho de calabacín, naranja y queso crema. Os va a sorprender su miga suave debido a la jugosidad que aporta esta hortaliza, pero sin embargo vais a comprobar que no sabe a ella, por lo que hasta el más reticente a las verduras disfrutará de una merienda con él.