¡Feliz Año Nuevo! Espero que hayáis pasado una buena Nochevieja y que la celebración no os haya pasado demasiada factura esta mañana. Si la noche fue generosa no nos levantaremos con mucha hambre, aunque muchos sigan la tradición de amanecer el día 1 de enero con churros y chocolate. Pero llegará la hora de volver a pensar en comer algo, y creo que no hay mejor día para sumarse a algo que sigue de moda, el brunch. ¿Se pueden convertir las sobras en algo hipster?
Por supuesto que sí, y es que seguro que todos hemos terminado el año con mucha más comida de la que nos hemos podido terminar, a pesar de que intentamos concienciarnos contra los excesos. En mi familia siempre hemos contando con ello para no complicarnos la vida en Año Nuevo, y ahora que lo pienso mis padres ya organizaban su típico brunch hace años sin saberlo. Con un poco de creatividad y estilo podemos servir un brunch digno de los mayores hipsters reparovechando las sobras navideñas.
¿En qué consiste el brunch hipster?
Definir en pocas palabras la esencia del perfecto brunch para un hipster no es fácil, ya que ambs conceptos no han hecho más que evolucionar y las generalizaciones nunca son recomendables. Además, aunque los dos términos nos llegaran desde Estados Unidos, en nuestro país se han adaptado y han adquirido sus propias señas de identidad. Aquí el brunch se suele empezar o alargar mucho más que en los horarios americanos, y en Año Nuevo lo normal es no pensar en comida hasta bien pasado mediodía.
Lo mejor es no pensar en horarios, dejar que la familia y los amigos vuelvan al mundo de los vivos sin prisas, poner de fondo el concierto de Año Nuevo o los saltos de esquí e ir preparando el brunch para que el apetito vuelva solo poco a poco. ¿Qué es lo que no debería faltar? Cócteles y zumos ligeros, mucha fruta, huevos preparados de formas variadas, alguna tarta salada, pan y tostadas para aburrir, ensaladas originales, platos fríos o que se puedan comer con las manos y algo de dulce, más allá del turrón y los polvorones.
Las bebidas, cuidando de la resaca
Vino en la cena, sidra, cava o champagne para brindar, algún vino dulce para los postres, un par de cócteles para celebrar el Año Nuevo... ¿te ha pasado factura la bebida de Nochevieja? Aunque poco se puede hacer contra la resaca al día siguiente, se mantiene la costumbre de hacera más llevadera con bebidas de graduación ligera y un buen contenido en fruta natural, que se acompaña de burbujas en cualquier brunch,
Cócteles como el Bellini o el Mimosa son perfectos además para dar salida a las botellas de burbujas que se hayan quedado sin gastar a lo largo de la noche. Normalmente se combina un tercio de zumo de melocotón con champagne, aunque puedes jugar en las cantidades o sustituir el vino francés por otros espumosos suaves. Para un Mimosa utiliza zumo de naranja y azúcar, y si tienes restos de vodka apuesta por el Bloody Mary con zumo de tomate, tabasco, pimienta, sal y limón.
Para ir abriendo el apetito
Casi todos los brunch comienzan con platos típicos de desayuno, más o menos dulces, en los que las tortitas, crêpes y variantes son los grandes protagonistas. Las recetas básicas se preparan en un momento con una batidora y permiten dar salida a los típicos a muchos ingredientes que tengamos que gastar antes de que se estropeen: huevos, cartones de leche, frutas, yogures y quesos, mermeladas, etc. Y más fácil todavía: vasitos o cuencos con cereales, fruta ya algún lácteo, como la receta de crujiente con pomelo y yogur.
En casa siempre tomamos helado con frutos del bosque como postre de Nochevieja, así que unas tortitas americanas con arándanos son ideales para terminar estas delicadas frutas y gastar la nata montada. ¿Se quedó abierta una tarrina de yogur o queso fresco para alguna salsa de anoche? Podemos usarlos en unas tortitas de yogur y semillas de amapola. Para esos plátanos que ya están algo blandos nada mejor que unos ricos crêpes con mermelada, chocolate o dulce de leche.
Los que prefieran pasar del dulce para empezar pueden usar la misma base para platos salados. Hay muchas opciones y es que podemos echar a la masa casi cualquier sobra que se haya quedado en la nevera, por ejemplo con las tortitas individuales de patata, puerros y bacon, los crêpes de solomillo, los de jamón y queso provolone, los de espárragos y queso brie o los ligeros wraps de pavo con tzatziki, que se pueden hacer con masa de crêpe o con tortillas de trigo que haya por casa.
Ensaladas diferentes
En un buen brunch, especialmente después de una cena pantagruélica, no pueden faltar opciones con vegetales frescos, algo más ligeras y saludables. En este ámbito entran las ensaladas, que además son perfectas para reutilizar todo tipo de sobras y no necesitamos encender los fogones para prepararlas. Además, hay un sector hipster cada vez más obsesionado por la comida “verde” más o menos sana.
Seguro que sobró algo de las bolsas de mezclum de anoche, endivias frescas o escarola. Utilízalas como base para las ensaladas más ligeras, aunque si no te quedan hojas verdes puedes hacer ensaladas con una base de arroz, pasta, patata o, simplemente, ingredientes frescos. Es el momento de repasar las latas y conservas abiertas que no se gastaron, o combinar las sobras de verduras con restos de carne, frutas o mariso cocido. Estos son sólo algunos ejemplos:
- Ensalada de pulpo y aguacate
- Ensalada de naranja
- Ensalada de cogollos de lechuga con salmón al vapor y salsa de queso azul
- Ensalada alemana de patata
- Ensalada de bacalao con habitas baby
- Ensalada de pollo asado con frambuesas
- Ensalada colorida de salmón, nueces y hojas frescas
- Ensalada de langostinos, rúcula y papaya
- Vasitos de aguacate, mango y queso con langostinos
- Ensalada templada de endivias con ventresca
Con pan, miles de posibilidades
Bagels, tostas, tostadas, bocadillos, sándwiches... ¡aprovecha el juego que nos da el pan para completar tu brunch! No importa los tipos de pan que tengas en casa, siempre ha sobrado algo y se puede aprovechar incluso si no está muy fresco. Corta en rebanadas y pásalo por la plancha o prepara tostadas para dejarlos crujientes. Pan de barra, panecillos, pan de molde, mini tostas de canapé... podemos jugar con los rellenos a partir de las sobras creando platos muy apetecibles.
Eso sí, mejor no caer en lo cutre de volver a sacar los canapés que hayan sobrado. Normalmente estarán pasados, con el pan blandurrio y el relleno poco apetecible, por eso es recomendable no preparar más de la cuenta. Los bocadillos y demás son perfectos para reaprovechar sobras de carnes, fiambres, pescados ahumados y salsas varias, especialmente si les damos un toque de queso o reutilizamos la cebolla caramelizada que se quedó en la nevera.
- Bagel pizza exprés
- Bagels, el clásico desayuno neoyorquino
- Sándwich de aguacate y quesos con bacon de pavo
- Tosta de vieiras gratinadas sobre pimientos confitadísimos
- Tostada de jamón serrano, queso brie y mermelada de tomate
- Sándwich de ternera marinada, mostaza, rúcula y más
- Sándwich de pollo y canónigos
- Bocadillo clásico: la brascada
- Bocadillo de secreto con queso crema y cebolla caramelizada
- Muffins ingleses con huevo y bacon
Huevos al gusto de todos
Podemos dar a nuestro brunch el estilo que más nos apetezca, pero si hay un producto que no debe faltar es el huevo. Imprescindible en desayunos y almuerzos de medio mundo, es un alimento humilde pero nutritivo perfecto para dar la dosis de proteína que el cuerpo nos pide tras la fiesta de fin de año. Desde su versión más sencilla, cocido al punto, hasta tortillas completas o recetas con más clase como los benedictinos, también tenemos un sinfin de posibilidades.
- Frittata de pimiento, tocino y feta
- Tortilla de escarola
- Quiche de salmón y puerros
- Tarta de desayuno inglés
- Panecillos rellenos de queso y huevo revuelto
- Huevos con jamón en baguette
- Huevos a baja temperatura con patatas y jamón
- Tortilla de tomate, queso y jamón
- Huevos en cazuela de jamón serrano
- Receta de tortilla de calabacín y queso brie
Que no falte el dulce
El punto final de un buen brunch también lo pone el dulce. Depende de lo golosos que seamos, podemos optar por opciones más típicas de desayuno o por postres propiamente dichos. Pero en Año Nuevo se trata de reaprovechar las sobras que tenemos en casa, así que mejor evitamos tener que comprar nada o complicarnos en la cocina. Si tan sólo nos ha quedado pan duro o algo rancio, la mejor opción siempre serán las torrijas, y así vamos ensayando para Semana Santa, que está a la vuelta de la esquina. Pero dales un toque moderno y preséntalas como french toasts, serán irresistibles para los más hipsters de la mesa.
A la hora de reaprovechar restos de dulces una buena idea es apostar por un pudding o pudin, que no es más que la masa deshecha y mezclada con ingredientes básicos como leche, huevos y azúcar. Es un broche dulce perfecto que tendrá un aire más elegante si lo servimos con fruta fresca o algún coulis que podemos preparar en un momento calentando y colando sobras de mermelada. Otra buena alternativa son los vasitos estilo triffle, donde podemos dar salida a sobras de nata, yogur, queso fresco, galletas, bizcochos, frutas, frutos secos, chocolate, compota, miel, etc.
- Pudding de panettone
- Pudding de pan al cacao
- Pudin de roscón de reyes
- Pudding de fresas y brioche
- Pudin de manzana y soletillas
- Pan de Calatrava
- Flan de compota de manzana
- Banoffee en vaso
- Pastel de fresas en vasito
Animáos a probar algo diferente para empezar este 2016 con un apetecible y práctico brunch de Año Nuevo a base de sobras al que ni los más hipsters se podrán resistir. Hoy es un día para relajarse y disfrutar con calma, pero mejor hacerlo comiendo bien aprovechando los excesos de comidas y bebidas que nos hayan quedado en casa después de tantas celebraciones. Ahora sólo hay que ir pensando en el Roscón de Reyes. ¡Feliz Año a todos!
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