Estas tartas saladas de aperitivo son el perfecto comodín cuando tienes invitados en casa. Fue uno de los grandes hits de mi suegra hasta su muerte y, en sus últimos años, las preparaba siempre que tenía invitados.
La receta la encontró en Facebook, no sabemos la fuente exacta, bajo el nombre de petits cakes salés. En casa pronto pasaron a bautizarlos como tartiflettes, aunque en realidad nada tienen que ver con esta preparación. Cosas de la familia. Lo importante es que están de muerte y son súper fáciles de hacer.
El beicon, se puede sustituir sin problema por otro tipo de proteina como jamón de York o chorizo. Y sustituyéndolo, por ejemplo, por champiñón, tenemos un estupendo aperitivo vegetariano.
Mientras calentamos el horno a 200º, preparamos todos los ingredientes de las tartaletas. Pelamos y picamos la cebolla, que cocinamos durante unos minutos al microondas. Pelamos, despepitamos y cortamos los tomates en mirepoix.Batimos los huevos y les añadimos sal y pimienta. Y cortamos el beicon en tiras, si no lo hemos comprado ya cortado.
Untamos la base de un molde de magdalenas con mantequilla, para que no se pegue, y añadimos, en este orden, una cucharada de cebolla picada, otra de beicon y otra de tomate picado. Cubrimos el molde de queso rallado casi hasta el borde, y lo rellenamos con el huevo batido, que servirá de argamasa a la mezcla.
Cocinamos las tartas a 200º C durante 20 minutos, o hasta que estén bien doradas. Dejamos que reposen unos minutos antes de desmoldarlas y servirlas.
Con qué acompañar las pequeñas tartas saladas
Estas tartas saladas son ideales como aperitivo en un día de fiesta, pues son muy fáciles de preparar en grandes cantidades (sobre todo si cuentas con varios moldes). Pero también son una cena socorrida, que además podemos modificar un poco a nuestro gusto con lo que tengamos en la nevera. En este caso, las podemos acompañar de una ensalada ligera.
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