¿Quién no recurre al comodín de las clásicas pechugas de pollo fileteadas de vez en cuando? Salvo en dietas sin carne, es un producto cómodo y barato para improvisar comidas y cenas para todas las edades, recurso típico en dietas de adelgazamiento o de control de peso por su bajo contenido de grasa. Claro que una pechuga de pollo puede ser tan insípida y sosa como una suela de zapato si no se cocina bien, y es fácil aburrirse del filete a la plancha.
Cocinar las pechugas de pollo más jugosas tiene su truco usando las pechugas enteras y dejándolas antes en salmuera, pero los filetes más finos para hacer a la plancha al momento nos lo ponen más difícil. Es importante dejar que se doren bien en la sartén para tener reacción de Maillard, pero vigilando que no se pasen para que no queden más resecas de lo que ya son. Un buen recurso fácil para hacerlas mucho más ricas es preparar una salsa de naranja exprés.
Ahora que ya empiezan a llegar naranjas nacionales de la nueva campaña, es el momento perfecto para usar las que aún no son tan dulces de mesa en un plato como los medallones de solomillo de cerdo en salsa de naranja. La misma fórmula la puedes hacer para tus filetes de pollo sin problema, incluso omitiendo la cebolla para simplificar aún más. Es muy fácil improvisar sobre la marcha una salsa exprés.
Para cuatro personas exprime el zumo de unas tres naranjas, colando la pulpa, y mézclalo usando varillas en un cuenco con una cucharada de mostaza de Dijon, una cuchara de maizena -fécula o almidón de maíz- y un poco de sal y pimienta. Si el zumo de las naranjas está frío, la maizena se disolverá mejor.
Cocina los filetes de pollo a la plancha en la sartén como de costumbre y, cuando casi estén al punto, echa la salsa por encima, rascando el fondo con una espátula de madera para que coja el sabor. Deja que se cocine todo unos pocos minutos para que la salsa se espese, y listo.
En una versión más elaborada, como la de los solomillos que hemos mencionado, puedes marcar primero el pillo brevemente, retirarlo, sofreír cebolla picada hasta dejarla muy tierna y añadir la salsa, triturando todo junto antes de devolver el pollo a la sartén para terminar de cocinar. Otras maneras de darle un toque distinto es jugar con los aromas de la salsa, añadiendo un poco de curry, copos de chile o Tabasco, etc.
Foto | Valeria Boltneva
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