Con especial arraigo en el bajo campo tarragonés, el pataco es un sencillo pero sabroso guiso con el que podrás alimentar a toda la familia.
Su receta ha perdurado a lo largo del tiempo, transmitiéndose de generación en generación gracias a su sencillez y su sabor inconfundible. Con ingredientes básicos como la patata y el calabacín, cocinados a fuego lento, se logra un plato reconfortante y lleno de matices.
El secreto del sabor de este guiso, especialmente popular en la localidad de Alforja, reside en un sofrito a base de cebolla, pimiento rojo y verde y unas cucharadas de salsa de tomate que además se aromatizan con un chorrito de vino blanco. Para hacerlo más sustancioso también se incorpora atún, aportando una textura jugosa.
Primero pelaremos y trocearemos la cebolla para sofreírla 5 minutos en un hilo de aceite de oliva. Agregamos los pimientos troceados y cocemos otros 5 minutos. Incorporamos el tomate frito, removemos, cocemos 1 minuto y trituramos el sofrito.
Vertemos nuevamente el sofrito en la cazuela, incorporamos el vino blanco, y dejamos reducir 2 minutos antes de añadir las patatas peladas y troceadas.
Cubrimos el guiso con agua, sazonamos al gusto, y dejamos cocer a fuego medio durante 15 minutos.
Añadimos el calabacín en dados, removemos y cocemos 2 minutos. Por último, agregamos el atún, y finalizamos la cocción a fuego lento 3 minutos más.

Con qué acompañar el pataco
Una buena copa de vino tinto además de una hogaza de pan recién hecho, combinarán a la perfección con este guiso lleno de sabor.
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