Por si alguien lleva tiempo de viaje o tiene aire acondicionado en casa y no sale mucho, el verano ya está aquí, y con él todos los productos típicos para refrescarnos: el tinto de verano, la cervecita fresca, los helados, los granizados, los cócteles y, como no, los flashes (¿o es flases?.
Llamadme infantil si queréis, pero en mi congelador es algo que no puede faltar durante el periodo estival. Ya sé que no es más que agua, azúcar y colorantes, pero no por ello dejo de disfrutar con un niño cada vez que me tomo uno.
Al igual que yo, el invento del flash no ha madurado mucho, y sigue adoleciendo de dos problemas básicos. El primero es que abrirlos sin una tijera a mano es un despropósito que pone a prueba lo afilados que tengamos los colmillos y, el segundo, es que hasta pasado un rato se te queman los dedos del frío.
Para lo primero no hay solución, pero para lo segundo os presento estos protectores contra el frío del flash. Una funda de silicona en la que podemos introducir nuestro amado tubo helado y disfrutarlo sin temer por nuestros dedos. Encima están diseñados con forma de cocodrilos de colores que tratan de comerse el flash. ¿Se puede pedir más?
Vía | Las lentejas En Directo al Paladar | Receta de granizado de limón En Directo al Paladar | Receta de helado de limón
