La provincia de Alicante es célebre por sus playas de arena dorada y sus aguas cristalinas, que cada año atraen a millones de turistas. Sin embargo, más allá de la costa, el interior de Alicante guarda tesoros que cautivan al visitante de maneras completamente diferentes.
Pueblos cargados de historia, paisajes montañosos que parecen sacados de un cuadro y una tranquilidad que contrasta con el bullicio de los destinos de playa son parte de lo que hace especial esta región. Lugares como Guadalest, enclavado sobre un peñasco y con vistas a un embalse turquesa, o Biar, con su castillo que vigila el horizonte, son ejemplos de joyas que invitan a explorar.
Dentro de este catálogo de destinos singulares, Polop destaca como un pueblo medieval lleno de encanto e historia, vinculado nada menos que al Cid Campeador.
Polop se encuentra en el interior de la provincia de Alicante, a tan solo 15 kilómetros de Benidorm y a unos 40 kilómetros de la ciudad de Alicante. Este pintoresco municipio, ubicado en el corazón de la Marina Baixa, es fácilmente accesible en coche.
Desde Alicante, basta con tomar la autopista AP-7 en dirección a Benidorm y luego desviarse hacia la CV-70, una carretera que serpentea entre montañas y valles hasta llegar a Polop. El trayecto no dura más de 40 minutos, ofreciendo vistas espectaculares de los paisajes mediterráneos.
La historia de Polop está profundamente ligada a su ubicación estratégica. Al estar situado en una colina, el pueblo fue un punto clave en los conflictos medievales que marcaron la región. Su nombre se menciona en la Historia Roderici, el relato sobre las gestas del Cid Campeador.
Según este texto, Polop fue uno de los lugares estratégicos que el Cid utilizó durante sus campañas por el Levante español. Aunque no se conservan detalles exactos, la fortaleza que dominaba el pueblo jugó un papel crucial en la defensa y el control del territorio.
Hoy en día, el casco antiguo de Polop conserva gran parte de su encanto medieval. Lo primero que llama la atención al llegar es la silueta del pueblo, coronado por las ruinas de su castillo, que data de la época musulmana y que luego fue adaptado por los cristianos tras la Reconquista.
Subir a este castillo es casi una obligación para cualquier visitante. Desde allí se puede disfrutar de unas vistas impresionantes de las montañas que rodean la localidad, incluyendo el imponente Puig Campana, así como del valle que se extiende hacia el Mediterráneo.
El recorrido por el casco antiguo de Polop es un viaje al pasado. Sus calles empedradas, estrechas y llenas de recovecos invitan a perderse y a dejarse sorprender por cada rincón.
Una de las paradas imprescindibles es la Fuente de los Chorros, un lugar emblemático del pueblo. Esta fuente, con 221 caños de agua que brotan de las montañas cercanas, no solo es un espectáculo visual y sonoro, sino también un símbolo de la conexión de Polop con la naturaleza.
Otro punto de interés es la iglesia de San Pedro Apóstol, un edificio que combina elementos renacentistas y barrocos, ubicado en el corazón del pueblo. Su sobria arquitectura contrasta con el dinamismo de las calles que la rodean, donde se pueden encontrar pequeñas tiendas de artesanía y productos locales, así como restaurantes que ofrecen lo mejor de la gastronomía tradicional alicantina.
Para los amantes del senderismo, Polop es también un punto de partida ideal. Desde aquí se puede acceder a rutas que llevan al Puig Campana, una de las montañas más emblemáticas de Alicante, o explorar caminos más suaves que recorren los paisajes del interior de la Marina Baixa. Estas actividades al aire libre son especialmente atractivas durante los meses de primavera y otoño, cuando el clima es suave y el entorno se llena de colores.
La mejor época para visitar Polop es precisamente en estas estaciones intermedias, cuando el calor del verano no resulta agobiante y el ambiente invita a pasear y explorar.
Sin embargo, cualquier momento del año tiene su encanto. En invierno, la tranquilidad del pueblo ofrece una escapada perfecta del ajetreo urbano, mientras que en verano las noches frescas de Polop son un alivio bienvenido frente a las altas temperaturas de la costa.
Imágenes | Comunitat Valenciana