Aunque Galicia siempre ha tenido turismo en verano, lo cierto es que sus playas nunca estuvieron masificadas. Su clima no siempre caluroso, sus aguas frías y sus días nublados no son del gusto de todo el mundo. Pero el cambio climático está haciendo a todo el litoral cantábrico más atractivo.
Según los datos de Eurostat, las reservas a través de las cuatro grandes plataformas de viajes online aumentaron un 67,7% en el noroeste peninsular hasta el tercer trimestre de 2023 con respecto al mismo periodo de 2019.
Ya no es tan fácil encontrar playas tranquilas en Galicia, pero si huimos de las más turísticas, como A Lanzada o Las Catedrales, todavía podemos encontrar tesoros escondidos.
Es el caso de la playa de Barreiriño, en O Grove (Pontevedra). Una playa salvaje, solitaria y con unas vistas espectaculares.
Cómo llegar a la playa de Barreiriño
La playa de Barreiriño es una playa pequeña, de unos 50 m, casi una cala, situada entre dos playas más grandes y conocidas: la Playa do Carreiro y la de Area Grande. Pero, a diferencia de estas, no cuenta con parking, lo que la hace mucho más solitaria.
Para acceder a la playa de Barreiriño hay que hacer a pie 300 m, atravesando la vegetación por un pequeño camino. Esto puede ser una complicación para algunos, pero, precisamente por esto, la playa está siempre medio vacía.
Una vez en la arena no encontraremos chiringuito, ni aseos, ni duchas. Tampoco socorrista ni una bandera que nos indique si la mar está tranquila. Es una playa virgen, de las que ya no quedan.
La playa, hay que apuntar, está además a menos de 10 minutos en coche de El Culler de Pau, uno de los grandes templos de la gastronomía gallega, con dos estrellas Michelin y tres soles Repsol.
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