Las de la foto podían ser unas sardinas cualquieras de un chiringuito cualquiera de cualquier playa de nuestro país. Pero no son unas sardinas cualquiera, son las primeras sardinas que he comido en este verano en el primer chiringuito de la primera playa que he pisado este año.
Las sardinas son por lo general pez con un tanto desprestigio. Son baratas y no digamos lo apestosillas que resultan al hacerlas en casa, ese olor no se ve fácilmente de la cocina y casi casi, ni de la casa. Pero, ¿cuántas raciones pueden caer a lo largo del verano, especialmente, en la playa?
Son un símbolo. Pasamos del desprestigio que pocos grandes cocineros han sabido darle un hueco en su cocina, a ser el símbolo de las raciones playeras. Cinco horas de coche, muchas otras de hacer maletas y deshacerlas, pero lo primero, todavía con la marca de los calcetines en los tobillos y toca ir a por la primera ración de la temporada.
Claves de unas buenas sardinas de chiringuito
No esperéis una serie de trucos para cocinar sardinas y que queden perfectas. Es más una reflexión sobre lo bien que sientan cualquier tipo de sardina cocinada en un “chiringuito playero”, ya sea a la plancha, como se suele comer en levante o en espeto que se suele hacer en el sur, o cualquiera de las otras formas, parrilla, brasas, etc.
Aunque lo del espeto le da a las sardinas y cualquier cosa que se prepare de esta forma un cierto halo romántico al asunto, hay que reconocer que algo tendrán las planchas del resto de sitios que las deja impresionantes. ¿Será el hacer mil sardinas en el mismo sitio?
Ahora bien, elementos que deben acompañar a unas buenas sardinas. Lo primero es que las sardinas deben ser hermosas, lo segundo es que hay que comerlas con las manos y lo tercero deben ser servidas por uno de esos camareros que van como locos, nunca apuntan nada de lo que les pides pero siempre (más tarde o temprano) aciertan y terminan trayendo lo que has pedido.
Hay otros elementos secundarios que hay que tener en cuenta para identificar unas buenas sardinas. Aunque todos los chiringuitos suelen llenarse en estos días, hay que identificar el único chiringuito que se llena de verdad, vamos, hasta la bandera. Seguro que merece la pena esperar por esas sardinas. Después solo hay que pedir una cerveza, esperar, tal vez esperar un poco más y el plato de sardinas será vuestro.
No sé si caerán más playas y más chiringuitos diferentes, pero estoy seguro de una sola cosa. Que caerán más raciones de sardinas.
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