Fácil, rápido, fresco, lucido y delicioso. Así es como describimos al milhojas de piña y crema de mascarpone, un postre irresistible que va a quedar incorporado a vuestro repertorio de recetas cuando lo probéis. Prepararlo no tiene ninguna ciencia, lo más complicado es asegurarse de no sobre batir la nata y cortar la piña en finas láminas. Es resto es un juego de niños.
Perfecto para quienes no se quieren complicar la vida, para cuando no hay tiempo que dedicar a la cocina, para momentos de antojo de dulce, para cuando queremos quedar bien y bonito con los invitados y para muchas otras ocasiones. Si después de todo esto no hemos sido capaces de convenceros para que os pongáis manos a la obra con este milhojas de piña y crema de mascarpone, echad un vistazo al vídeo que dejamos más abajo. Caeréis en sus redes, sí o sí.
En un recipiente hondo semi montamos la nata con unas varillas eléctricas y añadimos el azúcar glasé. Incorporamos el queso mascarpone y, si optamos por darle un punto extra de sabor, también el vino dulce. Mezclamos hasta obtener una crema homogénea con la que rellenamos una manga pastelera. Guardamos en la nevera hasta el momento de montar el milhojas.
Pelamos la piña y, con un cuchillo bien afilado o una mandolina, cortamos 12 láminas finas (tres por milhojas). Montamos el milhojas colocando una lámina de piña en la base del plato y cubrimos con crema de mascarpone. Alternamos las capas hasta terminar con una de crema de mascarpone. Espolvoreamos con un poco de canela molida, cacao en polvo y crocanti de almendra u otro fruto seco picado. Decoramos con menta fresca y servimos.
Con qué acompañar el milhojas de piña y crema de mascarpone
Este es un postre que no necesita de mucho acompañamiento. Quizás una copita de vino dulce le vendría bien a este milhojas de piña y crema de mascarpone, pero lo dejamos a vuestra elección. A nosotros nos parece tan refrescante y delicioso por si solo que no le ponemos nada más.