La cocina en los países orientales está íntimamente ligada a su historia, sus tradiciones y su cultura. Es toda una seña de identidad que define no sólo sus costumbres, sino también el propio carácter y la forma de entender el mundo que tienen sus gentes. Para los occidentales, Oriente siempre ha causado un cierto magnetismo, y su gastronomía nos atrae y nos seduce cada vez más. ¿Qué tiene la cocina oriental que nos resulta tan fascinante?
Por supuesto, Oriente es un término muy amplio que recoge extensos territorios con multitud de países, pueblos y tradiciones diferentes, y resulta difícil reducir a unas mismas características la riqueza culinaria que atesoran. Es cierto, sin embargo, que podemos encontrar una serie de notas comunes que son las que, sin duda, nos han cautivado en los últimos años, como demuestra la expansión imparable de la cocina oriental en todo el mundo.
La cocina oriental: contrastes, equilibrio y armonía
Un elemento que define a la cocina de Oriente es el gran continente asiático, un vasto territorio lleno de contrastes donde conviven multitud de culturas distintas que, sin embargo, comparten particularidades comunes. Y es que Asia también se ha caracterizado por los movimientos de población y el mestizaje, que han propiciado el intercambio de influencias.
La cocina oriental es una de las más antiguas con varios milenios de existencia, remontándose a los mismos inicios de sus civilizaciones. Es una cocina que no se puede entender sin considerar la propia cultura, pues ambas han evolucionado juntas, transmitiendo sus secretos a lo largo del continente mediante el contacto entre los pueblos. Es importante por ejemplo comprender los principios chinos del Yin y el Yang aplicados a la comida, conseguir una armonía saludable equilibrando cualidades opuestas: líquido y seco, dulce y amargo, etc.
Las gastronomías que más han influido en la concepción general de cocina oriental son la china y la india, junto con otras como la japonesa y la tailandesa. Cada cultura mantiene una identidad culinaria concreta, pero con notas comunes a todas ellas. Es un conjunto de contrastes de sabores, siempre en equilibrio y armonía, y está envuelta en un cierto halo de encanto y misterio que nos sigue fascinando hoy en día.
Productos frescos, especias exóticas y la importancia del arroz
La primera idea que suele venir a la mente al hablar de cocina oriental es la de una dieta sanas, y es que en general en Oriente trasladan el concepto de equilibrio a la manera de alimentarse. Es una cocina llena de productos frescos, privilegiando verduras y frutas, con un gran consumo de pescado y algo menor de carnes.
Además, las técnicas que se emplean en la cocina diaria ensalzan aún más su carácter saludable: cocciones al vapor, salteados ligeros, preparaciones en crudo, asados y muchos guisos y sopas normalmente muy condimentados. Además, los menús se conciben siempre alrededor del concepto de balance entre contrastes que hemos comentado, logrando una alimentación sana y equilibrada.
El uso de unas u otras verduras, pescados o carnes, varía según la región, pero hay un producto común cuya presencia es básica en la cocina oriental, el arroz. Es como nuestro pan de cada día, y es que el arroz, en sus diferentes variedades, es el acompañante básico de multitud de platos de la cocina de Oriente.
Quizás es el apartado de los ingredientes el que más nos atrae de estas culturas, y donde podemos decir que residen los secretos esenciales de Oriente. Compartimos algunos de sus productos habituales, como ciertas verduras y especias, pero lo cierto es que la gastronomía oriental ofrece multitud de productos que nos podrían resultar extraños, pero al mismo tiempo es fácil dejarse seducir por ellos.
Brotes de bambú, productos fermentados como el miso japonés o el kimchi coreano, exóticas verduras como el daikon (rábano japonés) o el bok choy (especie de col china), hongos como las setas shitake, legumbres de colores llamativos, algas de todo tipo, derivados de la soja (destacando todas las variantes de tofu), vinagres y salsas de aromas fragantes (desde el vinagre de arroz hasta las salsas hoisin o ponzu), fideos de las más variadas formas y tamaños… Es todo un mundo apasionante del que sin duda nos queda mucho por descubrir.
Todas estas características de la cocina de Oriente se culmina con el uso de una amplísima gama de especias y salsas, condimentos intrigantes que potencian cada plato con una gran riqueza de aromas y sabores sorprendentes, siempre en equilibrio.
La cocina oriental nos atrae y nos fascina, y consigue seducirnos a través de todos los sentidos. Es, en definitiva, el resultado de siglos de tradiciones que se han mantenido fieles a su forma de entender la vida, llena de contrastes, pero siempre en una saludable armonía.
En Cocina Oriental Sundãri | Cocina con Sundãri: el arroz para tus platos orientales