Expertos de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), nos indican que el picante puede prevenir el cáncer, ya que uno de los componentes que proporciona el sabor picante, la capsaicina, produce grandes efectos sobre las células cancerígenas.
Dicho componente se encuentra en productos tan conocidos como el chile o las guindillas entre otros, tan sólo hay que echar un vistazo al gráfico de incidencia de esta enfermedad en los países en cuya dieta se utiliza habitualmente los picantes, como es el caso de México.
La capsaicina presenta una capacidad muy especial, la de atacar la mitocondria de una célula cancerígena haciendo que esta se destruya, pero además este componente es selectivo y no ataca a las células colindantes que se encuentren en perfecto estado. El descubrimiento podría proporcionar un giro al consumo del picante, deberemos tener este ingrediente más presente en nuestras dietas para realizar una adecuada prevención. La noticia será motivo de júbilo para aquellos que se les decía que no comieran picante porque resultaba perjudicial.
El descubrimiento ha sido publicado en la revista digital Biochemical and Biophysical Research Communications. Los avances en la lucha contra el cáncer y su prevención a través de la alimentación, acaban de incorporar un nuevo aliado, el picante.
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