El Bento es el equivalente japonés a nuestros tuppers para comer en la oficina, solo que allí se lo curran mucho más, especialmente cuando es para los niños, y acaban formando composiciones increíbles como las que os enseñaré enseguida, pero si no queremos ir tan lejos, podemos darle vida a nuestros bocadillos con unas sencillas pegatinas.
Lo único que debemos hacer es, una vez envueltos, ponerle a los bocadillos un par de ojos y una boca con alguna expresión graciosa para que cobren vida y resulten mucho más atractivos para los más pequeños.
Sin embargo, como podéis ver en estas otras imágenes, podemos ir mucho más allá, y crear auténticas obras de arte para llevar con adorables nuggets que se convierten en pollitos, nubes sonrientes que descargan su lluvia sobre unos macarrones con queso mientras cantan, ositos asustados o incluso elefantes de queso.
Personalmente, no sé si tendría la paciencia --ni el tiempo-- de prepararle algo así a mi hijo para que se lo lleve al colegio (o a mi pareja para ir a trabajar), aunque lo de darle vida a los bocadillos con unas sencillas pegatinas sí que lo veo.
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