Preparar un clafoutis de frutos rojos como este que os traigo hoy es tan sencillo, que hasta el menos ducho en hacer repostería se le dará bien. No hay que montar ni amasar, simplemente preparar un batido cremoso y añadirlo en un molde con un montón de fruta fresca. Un ratito de horno y ¡voila! conseguimos uno de los postres franceses más clásicos y deliciosos.
Como suele pasar en este tipo de postres, la fruta que se el añade puede variar según vuestro gusto y la temporada del año en la que nos encontremos. Yo en esta ocasión me he decantado por una mezcla de frutos del bosque que contrasta con el dulzor de la base cremosa, para eso podéis haceros con tarrinas de distintas variedades frescas o bien con un mezclum congelado de frutos rojos que ya se suelen encontrar en todos los lineales de los supermercados.
Comenzaremos precalentando el horno a 180 grados. En un bol echamos los huevos, el azúcar y la nata, así como el extracto de vainilla, batimos todo bien hasta lograr una mezcla esponjosa. Espolvoreamos la harina sobre la mezcla anterior y la agregamos con movimientos suaves.
Engrasamos un molde refractario con la nuez de mantequilla, y esparcimos los frutos rojos, agregamos la mezcla líquida por encima y horneamos durante una hora hasta que esté dorado o al pincharlo con una brocheta esta salga limpia. Espolvoreamos con el azúcar glas una vez que haya enfriado ligeramente.
Con qué acompañar el clafoutis de frutos rojos
El clafoutis de frutos rojos es una preparación bastante jugosa por lo que no se necesita en principio ninguna crema de acompañamiento. Podéis, si os apetece, añadirle en el momento de servirlo una bola de helado de vainilla que le aporta mayor cremosidad.
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