De todos son conocidas las peras al vino, una receta clásica de la cocina internacional, pero menos bombo se le da a su versión con melocotón. Y hoy vengo a reivindicarla porque es deliciosa, sencilla y muy rápida de preparar. Ideal para aprovechar la temporada de esta fruta de verano que se puede disfrutar por sí sola, aunque son este almíbar de vino adquiere otra dimensión.
La preparación de este postre consiste en cocer los melocotones, una vez pelados y deshuesados, en vino. En esta ocasión he usado vino blanco, pero también sirve un tinto. Aportará matices de sabor distintos, sí, pero el resultado será igualmente rico.
Lo que es importante, en cualquier caso, es usar un vino afrutado y no seco. Ese que nos beberíamos felizmente por sí solo. El resultado final mejora y tu paladar lo agradecerá.
Introducimos el azúcar y el vino blanco en una cacerola. Agregamos la rama de canela, los clavos de olor y una tira de piel de limón. Calentamos hasta llevar a ebullición, a fuego suave, y mantenemos el hervor a fuego suave.
Mientras tanto pelamos los melocotones y los cortamos por la mitad. Los abrimos y retiramos los huesos. Esto puede costar un poco, pero si te ayudas de un sacabolas o de una puntilla afilada la operación será más sencilla.
Cuando la mezcla de vino esté hirviendo y el azúcar esté completamente disuelto, introducimos las mitades de melocotón. Cocemos el conjunto a fuego bajo durante 12-14 minutos. El tiempo exacto dependerá de los firmes que sean los melocotones y del punto que le quieras dar. Lo comprobamos con un palillo.
Una vez tiernos, retiramos y dejamos que el almíbar siga cociendo hasta reducir a la mitad. Ahora solo queda dejar enfriar los melocotones antes de pasarlos a la nevera, bien cubiertos con el almíbar. Están deliciosos tanto fríos como templados.
Con qué acompañar los melocotones al vino
Los puedes tomar solos pero a estos melocotones al vino les va muy bien un poco de yogur griego o de crême fraîche. Y si quieres que quede más contundente y refrescante, acompáñalos de una bola de helado de vainilla. Luego los decoras con unas hojas de menta, que aportaran un plus de aroma y sabor, y listo para disfrutar.
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