No sé si os he contado que hace pocos años me gradué en Dirección de Cocina por la Escuela de hostelería de Madrid. Durante mi segundo año, además de herramientas de gestión y otras asignaturas, estudié pastelería y entre las muchas elaboraciones que aprendí se encuentra esta receta de la tarta de Santiago. Un clásico de nuestra gastronomía con nombre y apellido propios y, quizás, el pastel más emblemático de la cocina gallega.
Siempre me ha gustado este dulce y lo pido en cuanto tengo la ocasión, aunque no en todos sitios la saben hacer bien. He probado muchas recetas, sin embargo ninguna de ellas me gusta tanto como la receta de la tarta de Santiago que me enseñaron en la Escuela de Hostelería.
El relleno es exquisito y el uso de yemas combinado con huevos enteros marca la diferencia. Espero que no tardéis en hacerla.
Comenzamos preparando la masa de la base para que pueda reposar en la nevera y tomar cuerpo antes de estirar y forrar con ella un molde de 22 cm. Ablandamos la mantequilla, si no está a temperatura ambiente la podemos rallar, y le añadimos el azúcar, un pellizco de sal y media cucharadita de esencia de vainilla. Removemos hasta homogeneizar.
Agregamos el huevo y removemos de nuevo. Cuando esté bien integrado incorporamos la harina (toda de golpe), removemos y trabajamos con las manos hasta obtener una masa homogénea. Envolvemos en papel film y dejamos reposar en la nevera durante 20-30 minutos para que tome cuerpo.
Para el relleno mezclamos la almendra, el azúcar y la ralladura del limón. Añadimos los huevos, de uno en uno, mezclando bien antes de incorporar el siguiente. Hacemos lo mismo con las yemas. Añadimos la mantequilla fundida y removemos con suavidad hasta conseguir una mezcla homogénea.
Estiramos la masa base con un rodillo y forramos con ella un molde circular de 22 cm. Retiramos el sobrante de los bordes y pinchamos la base con un tenedor. Vertemos el relleno en el interior y horneamos a 180ºC durante unos 40-45 minutos. Si la superficie se dora demasiado, la cubrimos con papel de aluminio. Dejamos enfriar antes de desmoldar y lustar con azúcar glasé y la cruz de Santiago.
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Con qué acompañar la tarta de Santiago
La tarta de Santiago es un clásico de nuestra gastronomía que no necesita de ningún acompañamiento para disfrutarla. No obstante, si sois como yo, seguro que os imagináis una taza de café con leche a su lado. Y quien dice un café también dice una infusión, un vaso de leche o similar. Es el broche de oro a cualquier comida familiar o entre amigos.
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