Desde que vi esta receta de patatas a la rafaela en el blog de Rosa que tenía ganas de prepararla, sabía que a mis hijos les encantaría yo no me equivoqué. Definitivamente, voy a tener que incluir este plato en mi recetario habitual.
Además, es una receta que viene muy bien para aprovechar los restos de patatas fritas, cuando no nos las hemos terminado en alguna comida, aunque en casa nos gustan tantos que es casi impensable que sobren. Si queréis enriquecer aún más este plato, podéis añadirle trocitos de jamón serrano o tiritas de bacon. No dejaréis ni las miguitas.
Pelamos las patatas, las cortamos en rodajas redondas y las freímos en abundante aceite caliente. Para que queden sueltas, una vez cortadas las pasamos por agua, las escurrimos, las secamos bien y las vamos friendo poco a poco. Las ponemos en dos bandejas individuales que puedan ir al horno, o en una más grande. Hervimos los huevos durante 10 minutos, los dejamos enfriar y los pelamos.
Preparamos la bechamel. Calentamos una cucharada de mantequilla en una sartén, cuando se haya fundido añadimos la harina y la dejamos tostar ligeramente, con cuidado de que no se queme. Vamos añadiendo leche muy poco a poco y removiendo para que se mezcle. Cuando hierva la crema, salpimentamos y le añadimos un poco de nuez moscada rallada. Tiene que quedar una bechamel ligera.
Picamos los huevos cocidos y los repartimos sobre las patatas, sobre ellos ponemos la bechamel y por último, añadimos el queso rallado. Por último, ponemos las bandejas en el horno caliente y las gratinamos unos diez minutos o hasta que la superficie esté totalmente dorada. Servimos enseguida.
Con qué acompañar las patatas a la rafaela
Os aconsejo servir esta receta de patatas a la rafaela recién sacada del horno, está deliciosa caliente aunque tened en cuenta que mantiene muchísimo el calor, no vayáis a quemaros. La preparé para cenar y a mis hijos les encantó, aunque es un plato contundente y no es apta de preparar muy a menudo. Una ensalada verde será el acompañamiento ideal.