La coca de recapte es un plato muy típico de algunas zonas de Lleida y Tarragona, aunque se elabora y consume en toda Cataluña. Su origen es incierto. Algunos autores lo sitúan en la Ilerda romana por su parentesco con la pizza italiana, otros lo relacionan con la comunidad árabe por la coincidencia geográfica de su asentamiento.
Sea como fuere, la palabra "recapte" significa provisión de cosas para consumir o usar. La base más tradicional de este producto es una masa de pan horneada con escalivada, esto es cebolla, tomate, pimientos y berenjenas asadas a los que se añade otros productos que se puedan conseguir como sardinas, atún, butifarra y demás.
Partimos de la base de que tenemos escalivada lista, ya sea porque nos ha sobrado o porque la preparamos especialmente para la coca de recapte siguiendo nuestra receta tradicional.
Comenzamos por preparar la masa y, para ello, ponemos la levadura en agua y esperamos un par de minutos a que se deshaga. Mezclamos todos los ingredientes excepto el aceite de oliva virgen extra en un recipiente hondo y dejamos reposar la masa, bajo un trapo limpio, durante unas tres horas o hasta que haya aumentado casi el doble en volumen.
Desgasificamos, es decir, trabajamos la masa un par de minutos para sacar el aire generado por la fermentación y añadimos el aceite de oliva virgen extra. Amasamos de nuevo hasta integrar en la masa y homogeneizar. Dejamos reposar media hora más.
Dividimos la masa en cuatro partes iguales, las extendemos en forma de cuadrado o rectángulo y las colocamos sobre una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. También podemos hacer una sola coca extendiendo toda la masa sobre la superficie. Colocamos la escalivada sobre la masa así como las sardinas.
Introducimos en el horno, pre calentado a 180ºC, y cocemos durante 20 minutos aproximadamente o hasta que la base de la coca esté bien cocida. Retiramos, regamos con un hilo de aceite de oliva virgen extra y espolvoreamos con perejil fresco antes de servir.
Con qué acompañar la coca de recapte
La coca de recapte puede comerse caliente, recién hecha, y está deliciosa. No obstante la forma tradicional de consumo es fría y de un día para otro, con la masa ligeramente endurecida. Es una gran comida ligera o una cena estupenda si la acompañamos de una ensalada y una cerveza bien fresca.
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