La crema de apio es una opción a veces subestimada, pero tiene su encanto y un gran valor nutricional. El apio es una fuente rica en vitaminas, minerales y antioxidantes. La preparación es sencilla y adaptable, tanto como un entrante ligero, o una cena cálida en noches frías, e incluso como un acompañamiento elegante para platos más elaborados.
Esta crema se presta para hacer varios cambios. Por ejemplo, para una opción vegana, la crema de leche puede sustituirse por leche de coco o anacardos remojados y triturados, logrando una textura igualmente sedosa y un toque exótico. Mismo, la incorporación de especias como nuez moscada, curry o jengibre puede transformar por completo el perfil de sabor de la crema.
En una olla grande, calentar el aceite de oliva y cocinar la cebolla y el ajo hasta que esté transparente. Agregar el apio y las patatas, salpimentar e incorporar el caldo. Cocinar de 10 a 15 minutos hasta que las patatas estén tiernas.
Una vez todo cocido, retirar del fuego y llevar a una batidora de mano o una licuadora. Sumar la crema de leche y triturar los ingredientes hasta obtener una crema suave. Servir la crema caliente y decorar a gusto.

Con qué acompañar la crema de apio
Esta crema se puede acompañar con cubos de pan tostado crujientes o picatostes que aportan textura. O bien semillas tostadas. Un huevo duro será una gran adición de proteína si se busca una cena ligera.