Howard Moskowitz y la historia del "punto de la felicidad (adicción)" en la comida

Howard Moskowitz y la historia del "punto de la felicidad (adicción)" en la comida
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El primer trabajo que tuvo Howard Moskowitz tras graduarse en Harvard fue todo un reto. Tenía que conseguir que los soldados de EEUU fueran capaces de alimentarse de forma adecuada a través de lo que se conoce como los MRE, siglas de Meals Ready-to-Eat. Estos MRE son unos paquetes de comida que llevan los soldados durante sus operaciones. El problema que tenía el ejército era que a los soldados no parecía gustarles mucho, y por tanto, dejaban de ingerir suficientes calorías como para cumplir con sus misiones.

Y ahí es donde Moskowitz entró en juego, y lo que a la larga acabaría engordando directamente las cuentas de resultados de varias de empresas y, de paso, a millones de personas en todo el mundo.

El "Bliss Point" o punto de la felicidad (adicción)

Cuando estaba trabajando para el ejército en los MRE, Moskowitz aplicó el concepto de sensación de saciedad sensorial. Básicamente formula algo que todos sabemos de forma intuitiva. Que uno se cansa de comer siempre lo mismo una y otra vez. Este cansancio se materializa en que acabamos ingiriendo menos calorías. La inversa es también cierta, la variación de gustos y sabores nos provoca una respuesta sensorial que nos "invita" a comer más cantidad.

En el caso de las comidas MRE militares, la idea era justo esta. Modificar su composición para hacerla lo suficientemente apetecible como para que los soldados ingirieran el número suficiente de calorías. Moskowitz fue jugando con la composición de los paquetes de comidas hasta encontrar un concepto que sería clave en su futura carrera profesional dentro del mundo de la alimentación, el "Bliss Point" o "punto de la felicidad".

El "Cherry Vanilla" del Dr. Pepper

El primer gran éxito en el mundo de la alimentación comercial para Moskowitz llegó con un refresco de soda. Dr Pepper, ahora una compañía del grupo Coca Cola le contrató para relanzar sus ventas. Aquí Moskowitz aplicó lo mismo que había logrado en el ejército, solo que esta vez contaba con más información.

Se lanzó a la búsqueda de datos estadísticos provenientes de pruebas de cata a todo lo largo del país. Como también tenía formación como matemático, fue capaz de jugar con diferentes combinaciones de la fórmula de la nueva soda y miles de datos, hasta que halló el punto de la felicidad. Una combinación irresistible de azúcar, aromas de vainillas y cereza, que relanzó las ventas de la compañía, y le abrió las puertas como consultor de márketing de producto en todas las grandes compañías alimentarias, Campbell Soup, General Foods, Kraft o PepsiCo.

La palatabilidad y el punto de la felicidad

Hace ya tiempo comenté que muchas de las dietas milagro funcionan precisamente porque tienen una palatabilidad baja. Es por ese motivo que dietas tan extremas como 20 patatas al día, o de bollitos o la propia dieta milagro Dukan, pueden funcionar. De hecho, cada vez más, las investigaciones sobre obesidad apuntan en esa línea, en la relación entre el placer y la adicción que nos producen ciertos alimentos comparados con otros.

El problema de las técnicas de Moskowitz es que están perfectamente diseñadas para hacernos comer más. Al final de eso se trata, de vender más cantidad de producto, porque eso es lo que va a contar en las cuentas de resultados, y lo que van a valorar los accionistas. Por mucho que una gran compañía quiera promover una "vida saludable punto com" todas están buscando productos que apunten a nuestro "bliss point", y que nos hagan consumir más cantidad. Si a esto le unimos el impacto masivo de anuncios publicitarios sobre comida (¿los habéis contado alguna vez?), no es de extrañar que la obesidad sea un problema de salud de primer orden en muchos países.

Comida Procesada Vs Natural y el punto de la felicidad

No me gustaría terminar sin antes hacer una reflexión sobre la moda de "todo natural" Vs "comida procesada" en el marco de este artículo. Es cierto que algunos potenciadores del sabor ayudan y mucho a alcanzar este punto de la felicidad y que nos pueden hacer comer más. Pero no es menos cierto, que basta con jugar con grasa, sal y azúcar para conseguir efectos muy similares. De hecho, en la época en que Moskowitz mejoró sus formulas todavía no se conocían muchos de esos productos.

Es decir, una empresa nos puede vender algo 100% natural con el puntito justo de grasa, sal y/o azúcar, y estar tocando exactamente el mismo punto de la felicidad o adicción, con el refuerzo añadido en el mensaje de que "como es natural es más sano". Pues no, es igual.

Para llevar

Obviamente, resistirnos a esto es complicado pero si al menos somos conscientes de qué técnicas se utilizan para manipular nuestro comportamiento a la hora de elegir determinados productos, estaremos mejor armados para tomar precauciones. Es decir, entre unas patatas "pop", unas fritas de bolsa, unas fritas hechas en casa o unas cocidas, todos tenemos claro en cuáles de ellas el punto de la felicidad adicción, está más afinado ¿no?

Imágenes | Vía Wikipedia En Directo al Paladar | La fórmula secreta de la Coca Cola. Ser o no ser

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