En muchas ocasiones hemos podido escuchar como atribuyen a la alimentación la aparición del acné, esto no es del todo correcto, la alimentación influye secundariamente, el acné es el resultado de un problema hormonal en la mayoría de casos. De ahí que muchas dietas que se indican para eliminarlo no surten efecto.
La alimentación tiene una cierta influencia, consumir grasas es necesario para nuestro organismo pero siempre de una manera moderada, procurando que tengan un origen natural y que no sean saturadas, como por ejemplo el aceite de oliva.
Las grasas saturadas, las hidrogenadas o excederse en el consumo de chocolate si agravan el problema del acné. Todas las dietas que aporten al organismo un exceso de azúcares y carbohidratos derivan en una mayor secreción de insulina y por tanto se favorece el depósito de la grasa en el comedón de los granos. No se podrá paliar el problema a través de la alimentación pero si mejorarlo, una dieta rica en frutas, verduras y hortalizas ayudará a que no aumente el problema, que ya es algo. Restringir los azúcares refinados, las grasas saturadas, las hidrogenadas, el chocolate o los frutos secos como los cacahuetes, beneficiarán al organismo y ayudará a no contribuir en la aparición de más acné.
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