No soy muy amiga de las bebidas con gas, pero cuando era niña me fascinaba su burbujeo, y aunque el sabor del agua con gas no era de mi agrado, celebraba cuando alguien la pedía ante el ofrecimiento del camarero de turno. Hace años era muy común que al pedir agua en un restaurante o bar, inmediatamente te preguntaran: ¿Con gas o sin gas? Y a mí me encantaba la melodía refrescante que se oía al abrir la botella, y el juego de las burbujas que subían desfilando hasta la superficie.
Pero las bebidas gaseosas siguen estando de moda, ahora bajo otros aspectos o marcas comerciales, embotelladas o en latas pequeñas. Quizá hacerlas en casa sea una alternativa atractiva, y para ello Sodastream presenta una manera de lograrlo. El sistema es, en apariencia, de simple funcionamiento: una máquina que funciona sin energía eléctrica, un cilindro gasificador, botellas reutilizables, sabores concentrados y agua corriente.
Cada cilindro gasificador sirve para hacer entre 60 y 130 litros de bebida carbonatada. Una de las ventajas de este sistema es la reducción de residuos plásticos, ya que las botellas son reutilizables durante unos tres años, además de poder producir en casa nuestros propios refrescos. Pero también nos surgen algunas preguntas, ya que desconocemos si se pueden carbonatar bebidas naturales, como zumos hechos en casa, lo que sería una gran ventaja a la hora de consumir refrescos con gas 100% naturales.
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