Para mí es siempre un placer visitar la Ciudad Condal. Suelo aprovechar la ocasión para descubrir nuevos restaurantes, pero siendo la oferta tan variada, lo difícil muchas veces es decidirse por un establecimiento. Por eso son bienvenidas las recomendaciones, como esta vez en la que varios amigos habíamos quedado para cenar y una de ellos reservó mesa en el Restaurante Topik, en pleno Ensanche barcelonés.
Adelf Morales, su propietario y chef, ha trabajado en los mejores restaurantes españoles (Arzak o Martín Berasategui) e italianos antes de trasladarse a Japón, donde aprendió los secretos de la cocina nipona para regresar después a su ciudad natal, afortunadamente para nosotros que podemos así disfrutar de sus creaciones culinarias.
Lo primero que llama la atención es lo agradable que resulta la decoración del establecimiento, muy acogedor, y lo atento que es el servicio, que nos explicó detalladamente la composición de cada plato y resolvió nuestras dudas en cuanto a los ingredientes. Para mí dos puntos de gran importancia a la hora de valorar un restaurante.
Como éramos un grupo, reducido pero grupo al fin y al cabo, nos acomodamos en la parte interior del local, lo cual nos permitió disfrutar de un poco más de intimidad. Me gustaron las vajillas en las que nos sirvieron los platos, aunque os parezca raro es algo en lo que me suelo fijar, y que cambiaban en cada ocasión, como si cada ingrediente requiriera de una presentación propia. Hasta ese extremo están cuidados los detalles.
Destacaría la sorprendente combinación de sabores que se reúnen en la cocina de este restaurante, tradición mediterránea y nipona en perfecta armonía. Aunque uno de sus puntos fuertes son los arroces, el menú que para nosotros elaboró Adelf Morales prescindía de esta especialidad para centrarse en productos del mar, lo cual confieso que ya me predispuso a su favor.
En total fueron seis los platos los que formaron nuestro menú. Para empezar: una espectacular ostra con yogur y caviar de algas, un tataki de bonito con salsa ponzu y chile deshidratado, una coca de caballa marinada al sake y picadillo de verduritas, base crujiente y explosión de sabores sobre ella, y un canelón de tripas de bacalao y orejones que a pesar de su poco atractivo nombre estaba delicioso.
Lo cierto es que leo de nuevo los platos de nuestro menú y me encantaría degustarlo otra vez. Continuamos con una alcachofa rellena de ceps y foie y un salteado de setas con moralets, estos dos últimos platos de tradición marcadamente mediterránea. Para acompañar la cena elegimos Les Crestes, un tinto joven del Priorat que no había probado y que me pareció bastante correcto.
Para terminar, se nos sirvió una panacota con jarabe de frutos del bosque y albahaca, un postre ligero que supuso el broche perfecto para terminar tan brillante cena. Además, Adelf Morales tuvo el detalle de venir a saludarnos al acabar y estuvo unos minutos charlando con nosotros, explicándonos algunas anéctodas de su profesión, lo cual le agradezco desde aquí pues todos los que estábamos en la mesa somos unos entusiastas de la gastronomía.
En definitiva, el Restaurante Topik es un establecimiento que os recomiendo visitar pues sin duda os agradará tanto como a mí. La localización es excelente y ofrece un menú diario por el más que razonable precio de 12 euros. En mi próxima visita a Barcelona tengo pendiente una nueva visita a este restaurante, pues no pienso quedarme sin probar uno de sus arroces.
Topik Restaurant
C/ València, 199
08011 Barcelona
Teléfono 93 451 09 23
Precio menú 35 euros
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