Los vinos blancos empiezan a estar valorados y Galicia es punta de lanza en la elaboración de estos vinos con diferentes variedades según la Denominación de Origen en la que nos encontremos. Con el tiempo, hemos aprendido a no buscar el vino blanco del año, es decir, el vino joven que dejaba de apreciarse una vez que llegaba la nueva añada al mercado pocos meses después de la vendimia.
Ahora asistimos a toda una fuente de expresión muy interesante cuando dejamos que pase el tiempo en su botella. Así es la Godello , una variedad elegante, sabrosa, con muy buena acidez que la hace envejecer muy bien además de tener una maravillosa versatilidad gastronómica.
La variedad godello se cultiva principalmente en la Denominación de Origen Valdeorras, la segunda más antigua de Galicia (desde 1945, sólo detrás de Ribeiro, de 1932). Es la comarca más oriental de la provincia de Ourense, próxima a la provincia de León, aunque también se puede encontrar en otras regiones vinícolas. Esta comarca, compuesta por nueve municipios (A Rúa, A Veiga, Carballeda, Larouco, O Barco, O Bolo, Petín, Rubiá y Vilamartin ) ha sido pionera en la recuperación de esta uva que produce algunos de los mejores vinos blancos del momento.
En los años 70 la comarca de Valdeorras inició un proyecto de recuperación de la variedad godello, conocido como Reestructuración de Viñedos de Valdeorras (RE.VI.VAL). Este programa sirvió para empezar todo un proceso de puesta en valor de una uva que estaba casi extinta en la zona.
El servicio de Extensión Agraria, puso en marcha un proceso en el que lo más importante era mostrar a los viticultores del oriente ourensano, la forma de hacer vino con godello como monovarietal. Hoy esta variedad supone un tesoro en Valdeorras, un territorio de una singularidad única donde el vino se convierte en la expresión de un paisaje de viñedos en terrazas y suelos pizarrosos.
Una singularidad que supieron valorar muchos viticultores de otras zonas con valor y experiencia en el mundo del vino como CVNE, Rafael Palacios, Telmo Rodríguez o Paco Rodero, que decidieron crear proyectos exitosos en esta pequeña denominación.
El imperio del minifundio con poco más de 1.000 hectáreas sobre 8.000 parcelas y una producción aproximada de cinco millones de kilos, en los que se incluyen los tintos de la variedad mencía y algún proyecto muy interesante con la garnacha tintorera. La diversidad está servida porque el valor de Valdeorras es el amor a la tierra y la apuesta por un futuro, tanto de las grandes bodegas como de las pequeñas bodegas familiares.
Seis vinos que abanderan el futuro de la godello en Valdeorras
Entre los primeros recuperadores de la godello de Vadeorras se encuentra Godeval, una bodega que empezó su andadura en el año 1986. Sus inicios fueron dos hectáreas de viñedo y la ilusión de cinco socios. Hoy el proyecto sigue creciendo con una producción de viñedos propios en suelos pizarrosos de 27 hectáreas, más de 150.000 botellas y cuatro marcas en el mercado.
La bodega fue la causa de recuperación de otra joya de la comarca el Mosteiro de Xagoaza”, un bello conjunto medieval con un imponente monasterio que en la década de 1980 estaba abandonado y la bodega formó parte de su reanimación para convertirse primero en lugar de producción de los vinos y hoy en día en zona de visita. Al lado se encuentra A Cova dos Monxes, una antigua casona en cuyo sótano se encuentra una impresionante cueva excavada en la roca donde en algún momento se guardó vino.
Vino blanco Godeval Revival Godello. DO Valdeorras
Godeval Cepas Vellas se elabora con las cepas de godello más viejas de la bodega y reposa 5 meses sobre sus lías en depósitos de acero inox que le aportan cuerpo y aromas. Es un vino suave, vivo, envolvente con recuerdos a fruta madura, anisados y hierbabuena. Equilibrado en boca, fresco y mineral. Largo y complejo con una ligera acidez final que se puede ver en torno a los 26 euros, aunque tiene un hermano 'mayor' como es Revival por 45 euros.
Los herederos de un 'loco' como Joaquín Rebolledo
A Joaquín Rebolledo sus vecinos lo llamaban loco a finales de los años 70 por replantar sus viñedos familiares con variedades autóctonas como la godello. El resultado habla por sí solo con este impresionante godello de finca con crianza sobre lías que hoy elaboran sus sucesores: su hija Mercedes Rebolledo junto con José Ramón Rodriguez Castellanos, actualmente presidente de la Denominación de Origen Valdeorras.
Las uvas para hacer Finca Trasdairelas proceden de una parcela de pizarra de menos de una hectárea. Goloso y equilibrado, un espectáculo de aromas e intensidad con apuntes de fruta de hueso, papaya, melón, berros, balsámicos y minerales. En boca es sápido, fresco, carnoso, amplio, frutal y vivo; con estructura y un final amargo muy agradable. El ejemplo claro de un vino de guarda.
La inspiración que llegó de la Ribera del Duero
No se puede hablar de O Luar do Sil sin hablar de la bodega Pago de los Capellanes. Paco Rodero y su mujer Conchita Villa, eran un matrimonio muy visionario que siempre quisieron elaborar vinos que expresaran los paisajes con una filosofía de vinos de guarda y eso les llevó a Valdeorras sacando su primera añada en 2014. Su nombre significa en gallego: el reflejo de la luna sobre el río Sil.
O Luar do Sil Godello sobre Lías 2022. DO Valdeorras
Hoy es una de las bodegas más grandes de la zona con 46 hectáreas en las zonas altas del valle del Sil y una producción total de 400.000 botellas repartidas en tres referencias que tienen actualmente en el mercado. De O Luar do Sil sobre lías se elaboran 50.000 botellas. Es un godello sobrio y fragante con aromas de frutas de hueso (melocotón y níspero) y piña madura, flores blancas y mantequilla. Con potencia de sabores, con cuerpo y suavidad, equilibrado y perseverante.
De viñedo viejo y de 'castes' tintas
Este es un ejemplo de una bodega familiar —la Bodega A Cepado— que lleva vendiendo uva desde siempre con viñedo viejo. En 1985 la familia Fernández plantó godello que ahora aporta mucho y bueno en sus seis hectáreas de viña. Su apuesta clara Finca A Devesa, un godello de parcela de la que sale este vino cuya primera añada ha sido la de 2021 (en octubre saldrá la 2022). La particularidad es que el suelo de esta finca en pendiente con 600 metros de altitud, es de caliza y no de pizarra como suele ser en esta zona, la única finca de caliza que hay en Valdeorras.
No se pierdan un tinto de esta bodega que se llama Finca Coronela, elaborado con garnacha tintorera de viñedos de más de 80 años, pero éste lo dejamos para otro capítulo. Finca A Devesa es un godello fino y elegante del que solo se elaboran 1.600 botellas fermentado parte en barrica francesa más 6 meses sobre lías en inox y un mínimo de 4 meses en botella. De buena intensidad en nariz y notas de pomelo, manzana agridulce y ciruela amarilla, piedra de río, con un fondo mineral y ahumado. En boca es muy fresco, envolvente y muy persistente. (18 €)
Un vino de contrastes térmicos
La Bodega Guitián y Blanco, es otra bodega de origen familiar. Bernardo Guitián y Elena Blanco tienen siete hectáreas de viñedo propio la mayor parte de godello. Su bisabuelo Manuel Guitián puso las primeras plantaciones en las soleadas laderas de Córgomo, pertenecientes al municipio de Villamartín donde se registran las temperaturas más altas y bajas de toda Galicia, además de la menor pluviometría de la región, factores que aportan diferenciación a sus vinos.
D´berna godello sobre lías 2021 es un vino muy varietal y muy fresco, con una gran complejidad de aromas, manzana madura, melocotón y piña. En boca es fresco y largo, con volumen, intenso y persistente.
La primera piedra del nuevo camino de Valdeorras
La Tapada fue la bodega que puso la godello de Valdeorras en el mercado. Los hermanos Guitián iniciaron su andadura a mediados de los años 80 del siglo pasado con el objetivo de recuperar y relanzar esta variedad autóctona. Elaboraron una gama de vinos que exploraba posibilidades nunca vistas y apostaron por la longevidad en tiempos en los que no se concebía otro sistema que no fuera el blanco joven consumido al año siguiente a la fecha de su cosecha.
Sugestivo y sobrio, Guitián 2022 tiene recuerdos de lichis, papaya, mango, piedra de agua, hoja de té e hinojo y almendra cruda. Fresco y suave en boca, es jugoso, sápido, equilibrado y amplio con una acide< vibrante y persistente.
Imágenes | Apertura O Luar do Sil / Bodegas DBerna / Bodegas Joaquín Rebolledo / Adega Cepado
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