Aunque noviembre puede parecer un mes de inactividad en el huerto, es en realidad un momento crucial para preparar las siembras de invierno y no hay que despreciarlo por nada del mundo.
De hecho, el frío no debe desanimar, ya que algunas hortalizas son perfectamente aptas para estas temperaturas. Entre ellas, las lechugas y los rábanos ocupan un lugar privilegiado dando lugar a ensaladas que son todo un lujo casero.
La remolacha y la espinaca también se benefician de las condiciones de noviembre. Con una siembra cuidadosa, pueden prosperar y estar listas para cosechar en los meses más fríos. A la lista se suman hortalizas como la escarola y la rúcula, ideales para enriquecer las ensaladas de invierno.
La acelga y los guisantes son dos cultivos que también encuentran en noviembre un buen momento para germinar. Estas plantas son resistentes al frío y su siembra en este mes asegura una cosecha continua durante la temporada invernal.
Asimismo, las habas, zanahorias y borrajas tampoco deben quedar fuera de la planificación de este mes. Estos cultivos permiten obtener productos frescos para el inicio del año, y al sembrarlos en noviembre, se garantiza una cosecha constante y abundante.
También, los tradicionales de la dieta mediterránea, el ajo y la cebolla, encuentran en este mes el momento perfecto para ser plantados. Además, los puerros, otra hortaliza muy valorada, tienen en noviembre un clima ideal para desarrollarse correctamente, sobre todo a orillas del Mediterráneo.
Aunque ciertamente la actividad en el huerto parece reducirse en noviembre, es un mes de plantación clave. Las hortalizas mencionadas garantizan una cosecha rica y variada para enfrentar el invierno con productos frescos y deliciosos.
Foto | Kampus Production
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