Como fanática que soy de la calabaza y de casi todas las recetas con calabaza, la versión casera del famoso Pumpkin Spice Latte de Starbucks se ha convertido e una de mis recetas favoritas de otoño.
En EEUU es tan popular que su regreso a la oferta de la cadena de cafeterías marca el verdadero fin del verano, desatando una especie de locura que parece salvar las cuentas de la franquicia cada año.
Para preparar nuestra propia versión, como hacemos con el té chai latte, de la bebida otoñal, tan sólo necesitamos buen café, un poco de puré de calabaza, especias, leche y nata montada.
Os indico mis proporciones para dos buenas tazas, sin llegar a los tamaños gigantes de la franquicia americana. Podéis ajustar la cantidad de azúcar o edulcorante, regular las especias o incluso sustituir la nata por espuma de leche para hacerlo más ligero y un poco más saludable. Una vez se acostumbra el paladar, está buenísimo sin nada de azúcar.
Disponer el puré de calabaza en un cuenco y mezclar bien con el azúcar o edulcorante y las especias. Colocar con la leche o alternativa vegetal en un cazo y calentar sin que llegue a hervir, mezclando con unas varillas.
Añadir el café fuerte recién hecho a la leche caliente y mezclar. Servir en dos tazas, usando un colador por si quedaran impurezas. Decorar con nata montada al gusto, mejor casera, y un poco de canela molida por encima. Servir recién hecho.
Con qué acompañar el pumpkin spice latte
Lo mejor para degustar este pumpkin spice latte o café con leche de calabaza especiado es disfrutarlo en una tarde fresca ya otoñal, acompañado de algún bocado dulce ligero. Personalmente me encanta saborear el aromático café caiente a través de la nata montada fresquita con su toque de especias.
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