Probablemente, muchos de vosotros también lo hagáis, pero tengo la costumbre de leer los ingredientes de las cosas que como. A veces por pura curiosidad mientras desayuno y otras para averiguar si no me la están dando con queso en el supermercado, como ocurre con el vinagre de Módena.
El caso es que esta misma mañana, compartiendo mesa con mi madre, nos ha dado por leer los ingredientes del pan de molde que comíamos. El frontal rezaba algo como pan de horno. Así que ahí estábamos riéndonos del escaso parecido con el verdadero pan de horno cuando entre los ingredientes hemos encontrado aroma de pan y humo; lo que me faltaba por ver.
¿A qué punto ha llegado la sociedad para que tengamos que añadirle aroma de pan y humo a algo que lleva por nombre “pan de horno”? A veces tengo la sensación de que la sociedad de consumo se nos está yendo de las manos, que nos ha perdido la comodidad y por ella hemos renunciado a demasiadas cosas. O igual es que estamos en Navidad y me ha entrado la vena melancólica…
Foto | Javier Pais en Flickr
En Directo al Paladar | Receta de pan blanco con masa madre