Mi antigua profesora de Historia del arte contemporáneo nos decía que hoy lo que abundan son los artistas de 15 minutos. Hay tantas y tantas propuestas, que bastan unos minutos de fama. En el mundo absorbente de internet esto ha ido más allá y cada día vemos cientos de ideas que llaman la atención, pero no he podido evitar dejarme atrapar por las adorables creaciones comestibles de Peaceloving Pax. ¿O quizá son demasiado monas?
Me he vuelto un poco cínica y me cansa el cuquismo extremo en la cocina, sobre todo cuando se vuelve repetitivo, cansino y encima se hace con poca gracia. Pero al ver obras como estas se despierta mi lado más ñoño, sobre todo porque tienen esa estética japonesa tan kawaii típica del manga y anime, y si lo combinamos con animalitos ya terminan de cautivarme. Aunque no sé si me los podría comer.
La autora de tanta monería es una chica tailandesa que se ha hecho muy popular en las redes sociales bajo el nombre de Peaceloving Pax, primero en su cuenta de Instagram y luego con su página de Facebook. Dice que todo empezó el día que se tomó en serio lo de empezar a cocinar por sí misma de una manera sana, buscando presentaciones atractivas, y fue compartiendo su obra en las redes sociales.
Descubrió que tenía talento -y ganas- para hacer piezas de comida realmente especiales, y con la repercusión que tuvo se fue tomando más en serio lo de sorprender a sus seguidores con creaciones a cada cual más adorable. Está especializada en obras con bolas de arroz glutinoso, ideales para dar formas diversas sin desmoronarse, aderezadas con otros ingredientes como algas para añadir detalles. También es capaz de modelar figuritas como gatos usando puré de patatas.
Tiene especial predilección por los animalitos graciosos y adorables, como zorros, pingüinos, osos y gatos, pero también le gusta recrear personajes de todo tipo. Totoro, Pikachu, Angry Birds, Doraemon o incluso el androide BB8 de Star Wars han cobrado forma comestible bajo sus habilidosas manos. Mención especial a uno de sus últimos trabajos, un homenaje al tristemente desaparecido Alan Rickman en su papel de Snape en Harry Potter.
Yo no sé el tiempo que tardará en preparar cada uno de estos platos, porque además debe tener trabajo previo de diseño y planificación, pero el resultado es realmente impresionante. Poco práctico para la comida del día a día, pero perfecto para llamar la atención en la red, eso está claro. ¿Demasiado infantil? ¿Ha traspasado el límite de la adorabilidad comestible? En cualquier caso, su talento y paciencia no se pueden discutir.
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