Nos encanta tener siempre en la despensa alguna galleta o pasta para ese café de media tarde, pero por lo general intentamos que sean hechas caseras, mucho mejor que las pastas industriales que usualmente han perdido su sabor a mantequilla. Hoy os traemos unas pastas de té de dos colores, toda una tentación para empezar y no parar.
Si al verlas os han parecido complicadas con sus dos colores, que sepáis que son más fáciles de hacer de lo que parecen. Simplemente siguiendo un orden muy sencillo de colocación de las dos masas con las que vamos a trabajar, podéis conseguir estas vistosas galletas que van a dejar a vuestros invitados con la boca abierta, pues seguramente no cesarán de preguntaros cómo las habéis hecho.
Comenzaremos haciendo un volcán con la harina. En el centro echamos la mantequilla junto con el azúcar glas y unimos con la punta de los dedos, pero sin mezclar todavía con la harina. Una vez que los veamos unidos, echamos el huevo batido y seguimos uniendo con los dedos e incorporando poco a poco la harina a esta mezcla. Esto también lo podrías preparar en un robot de cocina.
Trabajar rápidamente sin amasar en exceso y formar un cilindro grueso. Este lo dividimos a su vez en dos partes, añadiéndole a una de ellas el cacao en polvo y amasando de nuevo con la punta de los dedos hasta que se haya incorporado y obtengamos una masa marrón oscuro.
Hacemos rodar las masas por separado hasta que obtener dos cilindros de unos tres centímetros de diámetro. Cortamos a lo largo a la mitad con un cuchillo afilado con cuidado de no aplastar el cilindro.
Pintamos con un poco de agua las dos mitades de un mismo color e intercambiamos los lados de cada uno de los cilindros, pegándolos bien y haciéndolos rodar ligeramente para que vuelvan a quedar redondos.
Volvemos a cortar de nuevo y volvemos a pintar dos mitades con un poco de agua, juntando otra vez dos partes de distintos cilindros de forma que quede masa blanca con negra alternada. Congelamos durante media hora.
Precalentamos el horno a 180 grados centígrados con calor arriba y abajo y cortamos los cilindros en pastas de unos 8 milímetros de grosor. Las disponemos en una bandeja de horno con papel y horneamos durante quince minutos.
Con qué acompañar las pastas de té de dos colores
Las pastas de té de dos colores os recordarán por su sabor a la clásica galleta de acompañamiento para merienda que tomabais de niños. De textura crujiente y delicada, se conservan perfectamente unos días en un contenedor hermético aisladas de la de la humedad.