Me pierden las galletas saladas y los panes crujientes, esos bocados o snacks típicos del picoteo. Intento no comprarlos porque son adictivos y, como ya comentó nuestra compañera Gabriela analizando los crackers de Mercadona, no suelen ser muy recomendables. ¿Y si los hacemos en versión casera? Esta receta de crackers de espelta saludables es muy fácil y podemos hacerlos mucho más ricos que los industriales.
Para hacer crackers caseros podemos recurrir a recetas con o sin levadura, de repostería o de panadería, como en este caso. Por suerte apenas necesita amasado o levados, tan solo algo de reposo en la nevera. Se puede reducir aún más la sal potenciando el sabor con más especias o hierbas aromáticas. La cantidad de semillas va al gusto, pero yo recomiendo no quedarse cortos; son muy nutritivas y le dan todo el sabor a estos crackers.
Debido el tipo de harina puede variar según el producto que compremos, es posible que haya que ajustar un poco la cantidad de líquido. Los copos de espelta se pueden encontrar en tiendas de productos ecológicos o de cereales a granel, pero se pueden sustituir por copos de avena. Es suficiente con triturarlos en una picadora o procesador de alimentos.
Disponer la harina de espelta integral con los copos triturados, la levadura y la sal en un recipiente mediano. Añadir un buen golpe de pimienta negra recién molida y, si queremos, alguna otra especia. Incorporar el aceite de oliva y el agua tibia.
Mezclar hasta integrar todos los ingredientes y ajustar la cantidad de agua o de harina si fuera necesario. Hay que obtener una masa ligeramente húmeda pero que no se pegue. Amasar ligeramente hasta que quede elástica, dividir en dos mitades, formar discos y envolver cada uno en plástico film.
Dejar reposar en la parte menos fría de la nevera un mínimo de dos horas. Se puede preparar con antelación el día antes. Cuando vayamos a hornear, precalentar el horno a 200ºC y preparar dos bandejas con papel sulfurizado.
Sacar una porción de masa y estirar con ayuda de un rodillo, dándole forma aproximada de rectángulo. Cubrir la superficie repartiendo semillas o pipas de calabaza, girasol y lino, en cantidades al gusto. Volver a pasar el rodillo para aplanar más la masa y pegar las semillas, con suavidad.
Debe quedar un grosor de menos de medio centímetro, aunque podemos hacer la masa más fina o más gruesa dependiendo de si queremos los crackers extra crujientes o ligeramente tiernos por dentro.
Recortar los crackers como prefiramos, sacando rectángulos con un cuchillo afilado o usando un cortador de galletas. Distribuir en las bandejas de horno y hornear de una en una durante unos 10-15 minutos. Mejor si giramos las bandejas a mitad del tiempo, para que se doren todos por igual. Comprobar que están ligeramente tostados, sin dejar que se quemen.
Dejar enfriar con cuidado sobre una rejilla completamente antes de servir. Guardar en un recipiente hermético y en un lugar fresco y oscuro, sin mezclar con otros crackers o picos crujientes similares, por si les afecta a la textura.
Con qué acompañar los crackers de espelta
A mí me gusta mucho servir los crackers de espelta y semillas con un poco de queso y algo de fruta natural o en compota. También están muy ricos con dulce de membrillo casero, tapenade, hummus y otros patés vegetales. En cualquier caso, son un bocado perfecto para calmar el apetito entre horas o para tomar antes o después de practicar deporte.
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