El chaulafán es la versión ecuatoriana del arroz frito chino del que existen varias versiones. En esta ocasión lo he preparado con pollo y cerdo, pero se puede hacer solo con pollo, con cerdo, con ternera o mixto, es decir, añadiendo a la carne algún tipo de marisco. Lo que no falta en ninguna de las opciones es la verdura, el huevo y especias y hierbas para aromatizarlo.
Para elaborar el chaulafán recomiendo usar arroz blanco del día anterior, que se haya quedado ligeramente seco para que, en esta segunda cocción, no se pase de punto. Es una receta ideal para aprovechar sobras, aunque está tan buena que querrás hacer arroz en gran cantidad y reservarlo ex profeso para ello.
Es un plato único completo y nutritivo, con un buen equilibrio de carne, huevo y verdura. El punto de condimentación se puede ajustar al gusto y hacerlo más o menos picante, así como más o menos sabroso. Solo hay que jugar con las especias y con la salsa de soja.
En un wok o, en su defecto, una sartén grande, calentamos un par de cucharadas de aceite de girasol. Cuando esté caliente, cascamos dentro los huevos, los salpimentamos y los removemos con la espátula al tiempo que los cocemos (como si fueran revueltos). Los retiramos y los reservamos.
Cortamos la chuleta de cerdo y el pollo en piezas de bocado. Salpimentamos y salteamos en el wok, al que añadimos un poco más de aceite. Removemos sin parar hasta que las carnes estén ligeramente doradas por fuera y bien cocidas por dentro. Las retiramos y las reservamos.
Picamos la cebolla y rallamos los dientes de ajo y el jengibre fresco. Sofreímos la cebolla, inicialmente, en el wok con un poco más de aceite. Cuando esté ligeramente tierna agregamos los ajos y el jengibre rallados. Condimentamos con una pizca de comino molido y, si queremos un toque picante, también con chile molido.
Pelamos la zanahoria y la rallamos. La agregamos al wok junto con los guisantes que, en este caso, son congelados, pero se pueden usar frescos. Rehogamos unos tres o cuatro minutos o hasta que la zanahoria esté tierna. Agregamos entonces el arroz y mezclamos a conciencia con el sofrito.
Por último incorporamos las carnes, los huevos y una cantidad generosa de ceilantro fresco picado. Rehogamos a fuego fuerte un par de minutos para que los sabores se amalgamen y todos los ingredientes cojan calor. Por último incorporamos la salsa de soja, mezclamos bien y servimos.
Con qué acompañar el chalaufán ecuatoriano
Al chalaufán ecuatoriano no le hace falta ningún acompañamiento, es un plato único estupendo. Aunque siempre podéis montar un menú completo con él como pieza central y agregar una ensalada o un caldo vasito de caldo para abrir el apetito. Como postre, un poco de fruta de temporada y listo.
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