Prüm es uno de los nombres de sagas familiares que indefectiblemente va ligado a la historia de la viticultura en la zona del Mosela en Alemania. No en vano la familia lleva asentada desde el siglo XII en las immediaciones de Wehlen, una de las poblaciones a los pies del río Mosela que tampoco puede huir de la cultura enológica.
Como bodega, Prüm se forma a partir del siglo XVII con Sebastien Alois Prüm al frente. Es en esa época que se forjan alguna de las leyendas que actualmente los aficionados al riesling gustan oir. Dicen que fue su hermano Jodocus el que construyó los famosos relojes de sol (sonnenuhr) que hoy aún pueden verse en los pagos y que cogen de él (del reloj) su nombre: Wehlener Sonnenuhr, Zeltinger Sonnenuhr. Míticos iconos hoy en día.
En 1911, el nieto de Sebastien Alois, Johann Josef Prüm es quién hereda la bodega que hoy conocemos como J.J. Prüm, dejando parte del dominio en manos de otra rama familiar que subsiste actualmente bajo el nombre de SA Prüm. Dos bodegas para dos hermanos, se llamaría la película.
Hoy es el nieto de Johan Josef, el Dr. Manfred Prüm quién está al mando del dominio. Manfred, enólogo de profesión, sigue elaborando la gama clásica de vinos de las parcelas de las poblaciones de Wehlen y Zeltingen (además de Graach y Bernkastel) que heredó de su abuelo.
Sus vinos, como otros moselas, tienen fama de pasar una etapa de estancamiento inicial con notas muy austeras ligeramente hebáceas y verdaderos problemas con las reducciones y el sulfuroso. Sin embargo, envejecen muy bien. Para muestra, un botón:
Joh. Jos. Prüm Wehlener Sonnenuhr Riesling Auslese 1994, un vino de vendimia tardía, con las bayas ya afectadas de podredumbre noble, Botrytis Cinerea. Al inicio, finos hidrocarburos con un toque de hierbabuena y boj. Con el aire, algo de miel pero sobretodo camomila, ligera lavanda, incluso menta, montebajo y garriga. Acidez cítrica en la boca; la miel da paso a la infusión de flor de manzanilla con un excelente dulzor bien compensado. Largo, bebible y disfrutable. Un vino para nada cansado, fresco, que con su 15 años encima promete continuar en esta linea, sin decaer, por lo menos alguna década más. Impresionante.
Y para acompañar la comida, a parte del ya clásico maridaje botrytis-foie, esta vez fue el contrapunto ideal de un sushi de bonito. El ligero dulzor del pescado crudo y la suave acidez del arroz son características organolépticas que combinan, a mi gusto, perfectamente con las propias de los auslese añejos, aquellos en los que el destacado dulzor ha dado paso ya a sutiles notas ligeramente abocadas.
J.J. Prüm Wehlener Sonnenuhr Riesling Auslese 1994
Zona: Mosel-Saar-Ruwer / Wehlen / Alemania
Variedades: 100% Riesling
Graduación: 7,5% Alc.
Precio: 30-35 euros
Puntuación: 9
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