Alfonso Ortega Herranz, más conocido en redes como Cocituber, acaba de anunciar que ha decidido cerrar los cuatro bares que hasta el momento había abierto en distintos puntos de la Comunidad de Madrid, 'Los Clásicos de Cocituber'. El influencer ha dado la noticia en el último episodio de La Escalera Roja, podcast sin temática concreta que cuenta con emisión también en vídeo a través de YouTube.
En una larga entrevista de casi hora y media de conversación, Cocituber se sincera ante el micrófono y repasa los últimos años de su carrera en la que reconoce abiertamente sus problemas con el alcohol y cómo fue al dejar de beber cuando abrió su canal de TikTok también como vía de escape durante el confinamiento de la pandemia. La fama definitiva le llegaría poco después al compartir sus vídeos visitando todo tipo de bares de Madrid y alrededores, pero bares de toda la vida de verdad.
Convertido ya en influencer foodie, experto en bares y en compartir lugares secretos -o no tan secretos, pero fuera de las modas- para comer bien y barato, Cocituber se lanzó al emprendimiento hostelero abriendo sus propios locales condensando el espíritu de sus redes, comida sabrosa y gozosa, abundante y a precios populares, en espacios informales con un estilo diferente y divertido.
Pero, tal y como anuncia nada más arrancar el episodio de La Escalera Roja, ha tomado la decisión de cerrar los cuatro negocios que hasta ahora tenía abiertos. “Ha llegado un momento en que el bar, que los bares no soy yo. Ya son unas personas que llevan mis bares. Y si no estoy yo allí, ¿para qué? No me da la vida para tanto”.
Tras pagar los finiquitos de todo el personal, Cocituber ha adelantado que su próximo proyecto será cerrar definitivamente los bares para comprar una furgoneta y así poder recorrer España “sacando material”. Una suerte de vuelta a sus orígenes visitando bares y tabernas de todo tipo pero ahora expandiendo mucho más su ámbito de actuación para llegar a todos los rincones del país.
Ortega reflexiona sobre esta aventura emprendedora y afirma que no considera el cierre de sus bares como un fracaso, si no como una manera de aprender a que “no te flipes”. En poco tiempo ha llegado a tener abiertos cuatro espacios gastronómicos con 60 empleados a su cargo, y reconoce que ha sido demasiado ambicioso.
