La semana pasada nos convocaron a un fugaz viaje para cenar en Canarias, la tele transportación se realizó en el mismo Madrid en el Kitchen Club, un lugar espectacular y que no tenía el gusto de conocer. Un sitio especial para hacer talleres de cocina
Fue un viaje genial sobre todo si se cuenta de acompañantes los ya viejos amigos (y eso que nos hemos visto pocas veces), Roberto (El Pingue) e Isabel de Mumumío y otros muchos amigos que conocí en la cena. La cena, fue genial.
La gastronomía canaria se caracteriza por ser una cocina lleva de sabores y aromas intensos y los platos que pudimos comer fueron un fiel reflejo. Aunque el encuentro que tuve la ocasión de ir era más turístico que gastronómico es indudable que la gastronomía es una buena excusa para viajar.
Empezamos por un queso típico de Canarias, un Majorero, un queso de cabra al que sirvieron, para mi con poco acierto, con pimentón picante. Tal vez hubiese estado mejor comerlo solo y de esa forma apreciar su sabor. Aunque no hay queso que me haya decepcionado.
Seguimos por unas papas arrugas con mojo picón, las patatas un poco grandes para lo que estoy acostumbrado aunque estaban en su punto y no digamos el mojo picón. Como se nota que el cocinero era canario. El mojo esta extraordinario, lo justamente fuerte como para no pasarse.
Continuamos por unos rollitos fritos rellenos de queso y diferentes carnes magras adobadas y picadas de canarias. Un ejemplo más de que no todo es mojo. Picadillos de carnes de sabor fuerte.
Lo siguiente fue uno de los platos más tradicionales, la ropa vieja canaria. Una receta genial que se hace directamente con una serie de ingredientes y no solo para aprovechar los restos de un cocido, en este caso llevaba zanahoria, creí apreciar calabza, carne de vaca y pollo, patatas, cebolla, garbanzos, etc.
El conejo en salmorejo estuvo bien, la verdad que el conejo no es de mi carnes preferidas pero una muestra más de la riqueza gastronómica de canarias. Y si, el salmorejo es el tipo de adobo, no tiene nada que ver con el cordobés ni similares.
Y en el postre no podía faltar el protagonista de Canarias, el plátano. En este caso plátano rebozado y frito. Muy rico, no podía ser de otra forma.
El viaje solo fue de un par de horas, fue tan fugaz pero tan intenso que creo que tengo que ir, pero de verdad, a Canarias alguna vez.
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