Sí, la freidora de aire es ya casi un electrodoméstico indispensable de cualquier cocina que esté a la orden del día y seguramente habrá sido también estas fiestas uno de los regalos gasto más comunes.
No obstante, tras sus maravillas como máquina que permite comer frito de forma más o menos saludable, se esconde la inevitable necesidad de mantener la freidora de aire limpia e higienizada después de cada uso.
Aparentemente puede parecer que con un agua y jabón, y un paño húmedo para aclararla basta, y en algunos usos esta es la manera correcta de limpiarla. Sin embargo, existen métodos para dejarla como nueva en su uso cotidiano.
La conocida @la_ordenatriz ha compartido con sus seguidores la manera más sencilla y fácil de limpiar la freidora. Para la limpieza diaria, cuando la suciedad no esté muy incrustada ni pegada, el remedio es fácil.
Hay que cubrir la rejilla con agua, cortar dos o tres rodajas de limón y echarlas en la cubeta de cocinar. Después, simplemente hay que activar el programa de patatas fritas o, en su defecto, 15 minutos a 200 grados.
Al terminar este programa se puede comprobar toda la grasa y suciedad que se ha desprendido limpiándolo así, sin apenas esfuerzo.
Una vez lavada esta pieza, la experta recomienda desenchufar el electrodoméstico siempre, y aprovechar su calor residual (esperando a que se enfríe un poco) para limpiar el hueco de la cubeta con un paño.
Asimismo, es importante darle la vuelta y limpiar también la zona de la resistencia, con un paño húmedo. La experta recuerda que la resistencia es la parte más sensible y delicada. Es suficiente con pasar una bayeta con suavidad, ya que el vapor habrá desprendido toda la grasa.
“No te obsesiones con sacarle brillo, ten en cuenta que la temperatura que alcanza mata todo tipo de gérmenes”, explica la experta sobre la estética del electrodoméstico en general.
En conjunto, este método se basa en aprovechar el propio vapor y el poder desengrasante del limón. Como consejo de seguridad, la experta recuerda además que os fabricantes recomiendan que haya al menos cinco centímetros entre el agua y las resistencias para evitar salpicaduras., y la necesidad de no añadir más agua de lo indicado (es decir, solo hasta cubrir la rejilla).
Suciedad incrustada
Este es el método para un lavado cotidiano, pero si se ha olvidado limpiarla y esta todo muy pegado, hay que sustituir el limón por dos vasos de vinagre y añadir dos cucharadas de bicarbonato.
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Después, hay que conectar la función de precalentamiento y cuando termine, dejar reposar entre seis y ocho horas. De este modo será también muy fácil quitar la grasa y los restos pegados.
Foto portada | Freepik
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