No os extrañéis si estos días os encontráis con muchas recetas de grandes y vistosos bizcochos o pasteles con forma de anillo. El próximo miércoles, como cada 15 de noviembre, se celebra el Día Internacional del Bundt Cake, una celebración que se ha extendido por todo el mundo y que es la excusa perfecta para hornear y disfrutar uno de estos riquísimos dulces.
Ya repasamos hace un tiempo qué es exactamente un Bundt Cake y cuál es su historia, pero hoy aprovechamos que se vuelve a acercar su día mundial para animaros a hacer vuestro propio bundt en casa. No son especialmente difíciles, pero para que salgan realmente bien es recomendable contar con utensilios adecuados y, cómo no, uno de sus preciosos moldes, el sello más característico de estos bizcochones.
Moldes grandes de Bundt Cake
Al leer la mayoría de recetas de Bundt Cake llama la atención la gran cantidad de ingredientes, sobre todo de mantequilla -o aceite- y azúcar. Pero si nos fijamos, también suelen pedir mucha harina y huevos, lo que nos indica que son masas grandes, para moldes voluminosos. Por eso son perfectos para compartir en familia o con amigos, ideal para un fin de semana de otoño.
Aunque hay una gran variedad de moldes, los más característicos son por tanto muy grandes y con capacidad suficiente para albergar toda la masa. Llenar demasiado un molde no adecuado puede terminar en desastre, así que conviene revisar que tenemos el apropiado para cada receta. Su tamaño suele indicarse en la capacidad de tazas o volumen, unas 10-15 tazas, más de 2 litros, en los más grandes.
Entre los moldes de mayor tamaño, los más clásicos siguen triunfando. Uno de mis favoritos es el Heritage, precioso en la simpleza de su diseño en espiral. Lo tenemos en Amazon a 43,25 euros sin gastos de envío, aunque es tan popular que suele estar agotado. En otras tiendas especializadas como Claudia&Julia o María Lunarillos se puede encontrar a 42 euros, más gastos de envío.
Otros modelos también muy reconocibles, totalmente atemporales, son el Bavaria, muy elegante y con un patrón menos intrincado, el Jubilee, precioso si se consigue desmoldar correctamente para que no se estropee el diseño decorativo, o, más sencillo, el Classic Anniversary. Estos más sencillos vienen muy bien para cortar porciones exactamente iguales, como también lo ofrece el molde Lotus o el Kugelhopf, que imita la forma original del pan dulce europeo.
Si ya tenéis moldes de este tipo, aunque sean de otras marcas -mis bundt clásicos los sigo horneando en un viejo molde comprado de otra marca en Suiza-, quizá os interese un modelo diferente y más original. El cuadrado tiene muchos fans, y puede dar juego a la hora de decorarlo, mientras que el de corazón Heart Elegance es para más romanticones. Los especiales de estaciones y fiestas son preciosos, como el Pine Forest, el Snowflake copo de nieve o el de corona de otoño.
Moldes múltiples mini
Hay quien prefiere los dulces en formato más pequeño, más sencillos para repartir y racionar, y que también lucen muy bonitos cuando se exponen juntos una vez horneados. Por eso hay también moldes con cavidades mini para dividir la masa en porciones más pequeñas, tanto con diseños clásicos como otros más originales.
Tenemos por ejemplo los Mini Anniversary y Mini Heritage, divididos en seis unidades pequeñas, el set de cuatro modelos clásicos o también mini corazones ya sin hueco central. El Holiday Mini Loaf es ideal para las fiestas navideñas, o podemos optar por moldes dobles, como el de casitas de jengibre o este práctico dúo de clásicos.
Ya nos salimos de lo que es un bundt clásico, pero jugar con la masa de un pastel grande y convertirlo en mini bizcochos con formas bonitas y divertidas siempre me parece buena idea. Los hay con formas de hojas de arce, frutos de otoño, falsos huevos de Pascua e incluso mini coches, ideales para fiestas infantiles.
Accesorios muy útiles
Contar con un buen molde es fundamental, además de seguir bien la receta, pero para lograr un bundt cake perfecto podemos aprovechar otros accesorios que nos lo pondrán más fácil. Por supuesto, algo que no puede faltar ni cuando hacemos un bundt ni con ninguna receta de repostería al horno, es una rejilla para enfriar.
Controlar la temperatura es básico para asegurarnos de que se cuecen bien por dentro y no se queman por fuera. Para ello siempre recomiendo comprobar que el horno funciona bien con un termómetro sencillo como este, y podemos ir más allá midiendo la propia temperatura de las masas. Nordic Ware también tiene un termómetro especial para sus bundts, que nos valdrá en otras recetas.
Finalmente, no nos olvidemos de mimar nuestros moldes. No son precisamente muy baratos así que merece la pena cuidarlos bien. La marca tiene un cepillo limpiador específico para los moldes con más cavidades intrincadas, aunque nos valdrá cualquier otro parecido o incluso un cepillo de dientes suave. ¿Y para guardarlos? Hay quien los expone en la pared de la cocina, pero para protegerlos bien también hay disponible una funda de algodón con cierre de cordón.
Se pueden hornear bundts sin usar un molde específico Nordic Ware, pero hay que reconocer que cuando pruebas uno sabes por qué siguen conquistando después de tantos años. No hace falta volverse un fanático obsesivo de estos bizcochos, pero si os gusta hornear algo especial de vez en cuando sí os recomiendo invertir en uno. ¿Tenéis experiencia con estos moldes? ¿Cuál es vuestro diseño favorito?
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